Jeon Jungkook es el joven buscador de la casa Gryffindor, que esconde un terrible pasado. Y Taehyung, el principito insoportable y pedante de Slytherin, que guarda más de un secreto.
Hechizos, hipogrifos, una inexacta rivalidad, y un amor inesperado...
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"En la clase de hechizos de hoy, realizaremos en el hechizo bombarda. Vuestra misión, demostrar que sois capaces de volar una botella en pedazos, uno por uno." Explica el profesor. "Por favor, colocaos las orejeras y esperad detrás de la zona de seguridad."
Jungkook esperó su turno pacientemente, escuchando el crujido del vidrio volar por los aires. Llevaba unos días sintiéndose arder. Cuando llegó su momento, él se acercó al lugar y tomó su varita. Vibraba en su mano por sí sola, como si un chorro de energía estuviera a punto de estallar desde la punta. En sus cuatro años, Jungkook juraría que jamás se había sentido tan impaciente por utilizar su magia.
"Recuerda. ¡Bombarda! Agita una vez con fuerza y..." repite el profesor de hechizos, antes de que el pelinegro se aventurase.
"Bombard–"
El vidrio de cristal se pulverizó y la onda expansiva hizo que el profesor de mediana edad saliera despedido hacia atrás. Jungkook cayó de culo unos metros atrás.
El murmullo nervioso de sus compañeros se asomó tras la zona de seguridad y todos comenzaron a alucinar por su potencia.
Jungkook no se había cargado una botella, había reventado la mesa, y parte del muro.
"¡J-joven! ¿P-pero qué...?" jadeó el profesor, tratando de levantarse patosamente. "¡¿Estás bien?!"
Jungkook asintió brevemente.
*
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"Así que... un pequeño incidente de potencia." Murmura Dumbledore, sin levantar la cabeza de su periódico.
El joven Jeon se encuentra en el despacho del director, después de que el mismo Cornelius le hubiese llevado hasta allí, preocupado por el extraño brillo rojizo de sus ojos, el cual había desaparecido más tarde.
"Señor, ¿me ocurre algo? Ú-últimamente me siento un poco... como si siempre estuviera..."
"Caliente." Dumbledore levanta la mirada esporádicamente.
Jungkook se rasca la nuca, ruborizándose levemente.
"Verá, son cosas que les ocurren a los chicos de su edad, Jeon Jungkook. Las hormonas... la adolescencia... ahora que no puede montar en su escoba, le aconsejo que utilice esa... energía extra en otras actividades." Sugiere Dumbledore levantándose de su mesa.
El hombre se acerca a la chimenea y agarra la tetera que comienza a silbar. Se sirve algo de té negro, con un intenso aroma a canela y algo exótico.
"Pero nada de duelos, a no ser que quiera decapitar a uno de sus compañeros." Bromea el peliplata.
