Capítulo 10

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Capítulo 10


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Un suave beso como el roce de un par de pétalos rosados. Ese había sido el primer beso del Gryffindor, el cuál no podría olvidar en los días posteriores a su escapada nocturna, donde cada vez que se tumbaba en su cama podía sentir las mejillas tan heladas como en aquel paseo de la noche y los dedos tan cálidos como los de sus manos entrelazadas –aunque más bien era al revés, sus mejillas se calentaban y sus manos estaban frías sin la caldera–.

Por las barbas de Merlín, claro que le gustaba. Taehyung le gustaba tanto como el Quidditch, como los hilos de la magia mejor enhebrada, como descender en la Saeta desde miles de pies de altura sin tener miedo a estrellarse o que el palo de escoba se partiese por la presión atmosférica.

Esa era la sensación de su corazón, desconocida, efervescente, como la de un adolescente enamorado.

Grato e inesperado fue para Taehyung descubrir de nuevo aquel remolino que sacudía sus tripas en invierno. Calentaba sus venas en la cena de navidad, después de la actuación del Coro del Sapo, uniéndose a la cena la última noche antes de las vacaciones navideñas.

El techo del Gran Comedor derramaba copos de nieve escarchados que nunca llegaban a sus mesas, la luz dorada de las velas flotantes, de las antorchas colgadas de los adoquines junto a los amplios ventanales oscuros, aportaban la atmósfera cálida que abrazaba a los alumnos en un invierno tosco y taciturno.

Albus Dumbledore llegó a Hogwarts el último día de la mitad del curso, llevándoles la calma y serenidad con una sonrisa a todos los asistentes, tanto profesores como alumnos.

Dio un pequeño discurso de celebración y avisó a los más jóvenes que nada de lo que sucedía en el exterior debía preocuparles.

Jungkook levantaba la cabeza entre los de su grupo cuando la cena fue servida –o más bien apareció en sus mesas–. Sopa de pescado y marisco, pechuga de pavo rellena con una salsa de vino dulce, rollos de tortilla y salmón, y un delicioso pudin especialidad de los elfos de la cocina.

Sí, Jungkook tenía un tremendo apetito, pero volver a ver a Dumbledore hizo que la boca de su estómago se cerrara.

"Eh, ¿puedo comerme esa rodaja?" Insiste Jimin intentado asaltar su plato de pavo relleno.

Jungkook deja que lo pinche con el tenedor sin demasiado recelo, no es como si no tuvieran otra bandeja de pavo recién cortado medio metro a su izquierda.

"¿Por qué no paras de comer un rato?" Se queja Hoseok. "¿Por qué si siempre estás comiendo sigues así de delgado?"

Jimin se encoge de brazos. "Hago deporte."

"La escoba es la que te lleva encima..." Gruñe Hoseok.

"Oye, también me entreno físicamente," replica. "¿qué haces tú a parte de estudiar para los TIMOs?"

"No sé, ¡pienso en el resto de mi futuro académico!"

Como Jimin y Hoseok continúan debatiéndose en su relación de amor/odio, Jungkook desconecta mentalmente llevándose un trozo de naranja caramelizada a la boca.

Su cabeza gira en dirección a la mesa del profesorado. Situada en el extremo del Gran Comedor sobre un par de escaleras que da a una tarima más elevada.

Hogwarts: Home ¦ KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora