Capítulo 11

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Capítulo 11

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El Caldero Chorreante se encuentra en la calle Charing Cross. Su acceso es exclusivo para magos, y cada año cientos de ellos entran al callejón Diagón a través del famoso bar fundado hace dos siglos en Londres.

Jung Hoseok y su hermana Myeong llegan a medio día con su madre para comprar unas cuantas cosas en la zona comercial, y almorzar en el Caldero Chorreante. La señora Jung ojean el periódico del Profeta atendiendo a las nuevas noticias del Ministerio de principios de año y Hoseok se queda con los titulares de primera página.

"Ya no se puede andar por ahí como antes..." gruñe la madre de Hoseok. "Sólo falta que no nos sintamos seguros ni en nuestros propios hogares."

Ella levanta de la mesa y se dirige a pagar la cuenta de su almuerzo mientras Hoseok se adueña del periódico. Jimin llega durante la tarde y se sienta junto a la familia, es recibido por la madre de los chiquillos con un cálido abrazo.

Y Jungkook se une a ellos un poco más tarde, tras haberse pasado por Gringotts para recoger su dinero.

"¿Sabes quién estaba ahí ese día?" dice Dean señalando el periódico. "Yoongi dice que Kim Taehyung estaba en el Ministerio con su padre."

"¿Qué?" Jimin pregunta levantando la cabeza con sorpresa.

Jungkook mantiene el ceño levemente fruncido ante el dato de Dean, y un nudo que se forma en su garganta le hace dudar sobre aquella información.

Después de estar sin verle en todas las vacaciones, sus ojos se fijan en la fotografía en movimiento del Profeta: la entrada a los ministerios llena de Aurores, y el testimonio de varios magos que habían estado bajo la maldición Cruciatus.

Las maldiciones imperdonables eran algo que ponía a Jungkook los vellos de punta.

Eran conocidas como tres. Y hasta entonces, el uso de cualquiera de ellas era condenado con el ingreso en Azkaban.

La maldición Cruciatus era un maleficio de tortura, y cuando se lanzaba correctamente, generaba un dolor intenso y agónico a la víctima.

La maldición Imperius ponía a la víctima completamente bajo el control del usuario, aunque alguien de excepcional voluntad puede ser capaz de resistirse a sus efectos de control mental.

Y, por último, la maldición asesina, Avada Kedavra causaba una muerte instantánea e indolora, sin dejar signos de violencia en el cuerpo.

Era necesario poseer un gran potencial mágico para lanzar cualquiera de las tres, si es que te apetecía acabar en Azkaban por atacar a un inocente.

Jungkook se encuentra absorto en sus pensamientos, y parece que la fotografía del Profeta le succiona hacia lo más profundo de su consciencia, hasta que Jimin zarandea su hombro tratando de bajarle a la tierra de nuevo.

"Vamos, tengo que comprar raíz de jengibre cortada al boticario." Insiste.

Su amigo asiente con la cabeza y se levanta de la mesa, Hoseok les pide unos minutos para despegarse de su familia.

Consigue librarse de su hermana pequeña –por suerte– y los tres se dirigen al Callejón Diagón atravesando la puerta trasera de la taberna. El muro de ladrillo mágico se desplaza como una puerta corredera que le abre el camino a los tres muchachos.

Hogwarts: Home ¦ KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora