Capitulo XXII

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Me sentia como una expectadora de mi propia vida. Todo se movia a mi alrededor y para cuando pude darme cuenta ya estaba en casa de Edward, siendo mamá de Lizz, y jugando a la vida adulta con otro adulto en el asunto. Una completa locura!!!
Amaba esta locura!!

Estaba tan agradecida con todo lo que estaba ocurriendo en mi vida. Tenia una familia maravillosa, una pareja e hija fenomenales y amigos que ya eran familia. Quiza aburria ya escucharme siempre decir lo mismo.
Pero siento que encontré lo que no estaba buscando, el amor y una familia propia.
Los meses pasaban y Edward era un ser maravilloso en todos los sentidos.

-Mami?

Elizabeth asomo su cabeza hacia la oficina que yo compartía con Edward, sacandome rapidamente de mis pensamientos.

-Ven preciosa- su sonrisa sin dientes me lleno de ternura

-Tengo hambre, y en la nevera no hay chocolate- me informo haciendo puchero

-Lizz, no creo que el chocolate sea lo mejor para una merienda

-El chocolate siempre es bueno

-el chocolate te arruina los dientes

-no tengo dientes, se me cayeron los de leche

-se te arruinaran los que te quedan

-esos tambien se caeran- dijo entrecerrando los ojos para enfatizar su punto

-chocolate para todos!!

Edward grito desde la puerta, eso significaba que habia llegado temprano del trabajo, estupendo. Nada mejor que merendar los cuatro juntos, sin chocolate, espero.

-Como estan mis mujeres favoritas?

Se acerco a nosotras repartiendo besos y abrazos. Se agacho en el piso, besando mi vientre hinchado.

-Hola Ed- suspire tocando su cabello, era bueno tenerlo en casa.

-como estas? Como esta mi pequeño futbolista?

-estamos bien, felices.

Me miro a los ojos, cada vez que me veia de esa manera me hacia querer llorar, tenia una mirada tan feliz tan dulce. Y me trataba tan bien.

-no llores, ven aqui preciosa, tu tambien princesa, abrazo de familia

Todos nos abrazamos como pudimos. Por un rato estuvimos todos abrazados, felices.

-Aun quiero chocolate

Limpie mis lagrimas para reir con las ocurrencias de Lizz, amaba a esa niña.

Malditas hormonas, en mis 4 meses de embarazo tenia mas antojos que 4 embarazadas juntas, era todo un reto.

Quedé embarazada dos meses después de mudarme con Edward. No me culpen! Yo no sabia que el sexo era tan bueno, o quiza solo Edward era asi de bueno.

Cuando lo supe estaba muy asustada, sobre todo de lo que Edward pensaria.
Tampoco esperé que comenzara a llorar al saberlo, y despues llorara yo y luego Elizabeth ya que penso que estabamos terminando Edward y yo. Sin embargo fue el dia mas feliz.

Cuando nuestras familias y amigos lo supieron se volvieron locos. Todo muy feliz.

Hasta que Charlie se dirigio a Edward y le dijo con ojos entrecerrados.

-No veo anillo en la mano de mi hija, Edward.

Fue epico, aunque aun no tengo el anillo. Tengo todo lo que pude no haber soñado nunca.


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