La madre de Cameron me guío hasta la recámara de invitados.
Era una linda habitación, de paredes blancas con una cama en medio y unos pequeños buros a lado de esta y un cuadro de la playa.
Me prestó una cobija extra por si tenía frío en la noche y se despidió.
Una vez con la puerta cerrada me avente a la cama cayendo boca abajo.
—Ay Holly.
Me incomodaba de cierta manera estar en esta casa, no estaba acostumbrada a estas situaciones y mucho menos quedarme a dormir en una casa ajena. Porque aunque sea la familia de Cameron no es su casa.
Pero al mismo tiempo me parecía algo bizarro está situación, me estaba forzando abrirme cada vez más y esto estaba llegando a algún extremo que no conocía.
Un poco más de 15 minutos tocaron la puerta.
Peque un saltito y rápidamente acomode mis cosas, cuando considere que estaba presentable abrí la puerta.
—Holly te traje algunas cosas para dormir —comento Cameron viendo los objetos que estaban en sus brazos.
—Oh, muchas gracias.
Cogí lo que me extendió, era una sudadera que de solo verla me quedaría enorme, unos pantalones igual holgados y un cepillo de dientes nuevo con una pequeña pasta.
Una sonrisa tierna cruzo por mis labios.
—Si necesitas otra cosa, me puedes decir.
—Claro, muchas gracias.
Asintió y nos despedimos con un buenas noche.
Al cabo de unos minutos ya estaba cambiada, dejando mis cosas en las pequeñas mesas y recostando me en suave cama.
~☾︎~☾︎~☾︎~
Me desperté acalorada.
Dormir con tantas cobijas no fue tan buena idea.
Como si quemarán mi piel me quite de encima el edredón y las sábanas que me prestaron.
Me cambié con mi ropa de ayer e hice todas mis necesidades en el baño de a lado, tendí mi cama hasta que quedó impecable fue como si nunca hubiera pisado la habitación.
Con extremo cuidado de no hacer ruido salí de la habitación, era algo temprano y no se escuchaba ningún ruido en la casa.
Con mi mochila en el hombro camine hasta la sala, dejé mis cosas en el sofá mientras caminaba hacia la cocina.
Sentía como las manos me sudaban, no estaba ni por asomo de tener tanta confianza en una casa ajena pero mi garganta exigía tomar agua.
Con algo de sigilo busque en los gabinetes dónde estaban los vasos.
—Yo no los alcanzo —una vocecita chillona me hizo dar un salto en mi lugar y mi corazón pareció detenerse cuando casi cae el vaso.
—Hola Zoe.
—Hola Holly —me regaló una hermosa sonrisa, se acercó hasta mí y me jalo de la blusa hasta que me agachara.
Me plantó un sonoro beso en la mejilla.
—¿Quieres algo de tomar? Hay leche, agua creo que hay jugo —comento enumerando sus dedos.
—Estaría bien agua linda.
Asintió energéticamente la cabeza y saco la jarra pequeña de plastico llena de agua fría.
Una vez que tuvimos los vasos de agua nos sentamos en la sala.
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A Pesar De Todo
Teen FictionElla es fría. Ella tiene un escudo protector contra el mundo. Ella era un rayo de luz que se fue extinguiendo hasta sólo quedar las cenizas. Ella tiene un pasado que revive cada vez que abre los ojos. Holly a tenido una vida difícil como cualquier o...
