C A P I T U L O 1

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Viernes 22 de Septiembre

Deje mi motocicleta estacionada y baje una pequeña mochila que llevo conmigo.

Me acomode mi chaqueta y metí mi cabeza y un brazo dentro de la mochila.

Era de noche, 9:02 para ser exactos.

Mis amigos, me habían invitado al partido que se iba a realizar hoy pero me había negado a ir con ellos, no me gustaban las multitudes pero sino me tenía que quedar encerrada en el departamento que comparto con Malia, así que opte por venir pero iba a estar apartada de todos.

Alex, Dalia y Malia son mis amigos desde que tengo memoria, cuando nos decidimos a que universidad entrar tomamos la decisión juntos.

Éramos inseparables.

Cómo preferí independizarme  un poco de mi papá rente un departamento con Malia, no quería estar en la residencia con chicas que no conocía, no me fio en ellas.

Camine por el jardín exterior que adorna el pequeño estadio de la universidad, me acomode en la parte interna de las gradas, agradecía que no había llovido, no me quería sentar en lodo.

Saque de la mochila, mis audífonos, mi libreta color azul algo desgastada y un lápiz para dibujar.

Conecte mis audífonos al celular, le di play a mi lista de canciones, me los coloque y deje que mi cuerpo se relajara, agarre la libreta y el lápiz y empecé a dibujar un callejón, donde estuve alguna vez.

No se cuanto tiempo pasó, estaba tarareando la canción que sonaba pero la poca luz que me daban los faroles de la calle fue opacada con una sombra, eleve mi vista.

Vi a un chico parado enfrente mío, me estaba dando la espalda, observe  como levantaba sus brazos para llevarse sus manos a la cara haciendo que su espalda contraerse.

El chico soltaba varias maldiciones que me negaba repetir, desvíe mi mirada hacía la libreta y vi el dibujo ya terminado, así que le di vuelta a la hoja y empecé a dibujar  aquel chico.

Llevaba una playera del equipo, pero no lograba ver su nombre, tenían como número el 04 en la espalda de su playera, él empezó a moverse de un lado a otro frustrado pero permitiéndome ver su perfil. Al instante lo empecé a dibujar dándole miradas de reojo para disimular.

—No te había visto —dijo una voz profunda y ronca.

No tuve la necesidad de alzar mí vista, sabía que era aquel chico que estaba dibujando.

—Se me es fácil ocultarme entre las sombras —murmure distraída sin mirarlo.

Escuche como resoplo y vi por su sombra  se sentaba a lado mio, no tan cerca de mí, algo que agradecía.

—¿Viste el partido? —me preguntó.

Esta vez sí levante mí vista, él estaba sentado donde le daba la luz de los faroles, estaba volteado a mi, observándome con una profunda y penetrante mirada.

—¿Parezco que lo he visto?

—No, me parece que has estado aquí todo el tiempo.

—No se te escapa nada — ironice— ¿Por qué crees que estuve aquí todo el tiempo? —levante una ceja con irritación— Pude solo haber llegado antes que tú.

—Por la forma en la que estás acomodada, estás en una posición cómoda, una donde te permita hacer lo que sea que hagas —señaló mi libreta— y por la forma que están tus pertenencias, esparcidas por el pasto.

A Pesar De TodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora