Plan

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El creyó que la cosa se quedaría en aquella noche de borrachos esos niños que sabía que sabían muy bien que el los mimaba demasiado debajo de la voz dura y la actitud amenazadora solo había un adulto que dejaba que se salieran con la suya usando esto para hacer lo que quieran.

Esta vez no es diferente, esta vez no es solo caminar de la mano o abrazos o besos en la mejilla, son besos en su boca que se dan de aquí y allá, besos que él permite porque le gusta la calidez el permite pero el no iniciaba nunca, los sueños se convierten de un caótico tortuoso a caóticos húmedos, soñando con los cuerpos que le invitan a un baño, las piernas que se restriegan unas con otras, los labios que besan más allá de la piel al aire, él desea y se reprime, el se repone aunque escucha lo ligeros gemidos, que vienen de otro lado, ajenos a él, él desea sacar más de ellos, un deseo de poseer se arremolina en su interior.

Él sabe que él no es el hombre indulgente y el hombre que mima nada mas como tal vez ellos piensen, es por eso que permite los pequeños besos y los besos un poco fogosos de vez en cuando, el permite pero pone un límite cuando las manos son demasiado traviesas.

Porque el sabe, que no puede permitirse más de eso, no cuándo sabe cómo es un sus sueños, cómo puede volverse tan descontrolado, tan ansioso de marcar de poseer de derretir los cuerpos bajo el, él sueña y se da cuenta que tal vez es su propio temperamento dominador el que se hace presente en ellos, con el deseo de marcar, más allá de chupetones más allá de marcas de sus dedos en la piel, Jiang Cheng quiere marcas más duraderas que les recuerde siempre a él, así como las suyas que les recuerdan a otros, es un pensamiento tan horrible que no deja que viva en paz, el deseo de una marca de contrato pasa por si cabeza, esta marca jamás se irá las cicatrices podrían irse si no son lo suficientemente dolorosas, pero está marca entre parejas no, pero eso no es posible no con él, él jamás podría.

Jiang Cheng se va al pueblo para despejarse un poco, dándoles un poco más de tiempo a los chicos de hablar entre ellos, de planear.

— Gege siempre detiene los avances — dice Lan Jingyi desanimado

— No creo que él no sepa cómo se hace, el no quiere lastimarnos — dice Lan Sizhui mientras acomoda las hierbas en la mesa.

— ¿Cuál es el problema? El nos ha visto tocarnos entre nosotros y siempre se hace el loco, ¿Acaso no siente deseo? — dice Lan Jingyi indignado

— No seas descarado, tal vez él es tímido — dice Jin Ling

— Wanyin-ge teme el querer poseernos y no controlarse y formar un contrato — dice Lan Sizhui encontrando rápidamente la razón.

— ¿Qué piensan ustedes de la marca del contrato? — dice Jin Ling, make tras ayuda a seleccionar las hierbas buenas de las malas en la mesa.

— Bueno estamos seguros de que queremos a Gege y estamos seguros de que queremos estar unos con otros pero en ese caso ¿quien debería hacer el contrato? — dice Lan Jingyi confundido

— Yo lo he pensado, cuando bese a Wanyin-ge hablé con él, le comenté que así como el tiene miedo de que algún día ya no estemos con él aquí, mi miedo es igual el pensar en alejarme de él de sus toques cálidos y torpes, de su figura poderosa, de sus pocas sonrisas, siento como si algo oscuro se arremolinara en mi mente, pensar en eso ....

— Es como pensar en cortarme un brazo o una pierna — dice Jin Ling

— Yo he querido pedirle a Wanyin-ge que haga un contrato conmigo, siendo yo la parte que recibe la marca — dice Lan Sizhui inseguro incapaz de mirarlos.

— Sabes lo peligroso que es A-Yuan, si algún día lo obligan a alejarse — dice Jin Ling

— No podrian alejarlo de nuestro lado si nuestra vida depende de él — dice La Jingyi feliz. — ese es un gran plan

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