[03]

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Hoseok corría como alma que se lo llevaba el diablo, cruzando unas calles y buscando la forma más rápida de llegar al edificio. Al cruzar una calle, varios carros le pitaron por pasarse en rojo—¡Lo siento; pero voy tarde!—gritó molesto y sonriendo sarcástico tratando de no botar sus tacones que llevaba en la mano. 

Llegó a un callejón y casi pegó un grito al ver unos perros que al verlo correr, se alteraron y empezaron a seguirlo. Jung Hoseok pegó un grito muy agudo y se giró con la boca muy abierta y los ojos por igual, gritando y agitando las manos tratando de buscar alguna manera de escapar de esos animales rabiosos que le mostraban sus dientes y ladraban.

Un pequeño niño que iba a su colegio lo más feliz de la vida, vió como en cámara lenta una hermosa mujer iba con la boca abierta y tras ella tres perros enormes y de pelaje negro: ¡Se veían muy rabiosos!

 La mamá del niño frunció el ceño y negó muy avergonzada.

—Tan temprano y las locas andan sueltas.

—¡Mami, le ví la bragaaaa!—gritó el niño bastante impactado.

La mujer al escuchar aquello se persignó y luego sacó un pequeño frasco de agua bendita para echárselo a su hijo—¡La sangre de cristo tiene poder, juanito!—comentó para salir apresurada con todo hijo.

Hoseok siguió corriendo hasta que se golpeó con una figura masculina, ambos cayeron al suelo y rodaron. El chico frunció el ceño tocándose la cabeza y miró a su derecha a la mujer.

—¡Ay idiota fijate por donde te-....—Hoseok recordó que debía ser una mujer y aclaró su voz de hombre y sonriendo de forma dulce; pero después dejó de sonreír molesto. A la mierda la decencia—¡Idiota fijate por donde-...—escuchó los ladridos de los perros, dando un chillido—¡Jesús, maría y la santa trinidad que me trajo a este mundo!—gritó de nuevo, levantándose y buscando el maldito edificio, ni siquiera recordaba cuánto tiempo había estado corriendo.

El chico que Hoseok botó al suelo, se levantó con cuidado, limpiándose el polvo de sus ropas, escuchando a lo lejos los gritos de aquella chica. Frunció el ceño extrañado y miró como su dona ahora yacía en compañía del suelo, haciendo un puchero empezó a saltar con leve molestia. 

Otra persona salió de la cafetería cercana, acercándose al chico.

—¿Quién era esa, Taehyung?—preguntó lo que parecía ser un joven chico de cabello corto negro y piel pálida, que mordía una dona y en su otra mano cargaba un café, en su maleta llevaba una maleta de cuero negra, dando a entender que era una joven estudiante por su uniforme que poseía leves colores verdosos—Ni siquiera se disculpó, qué maleducada—maldijo en bajo y al ver el rostro de su amigo le sonrío con dulzura—¿Quieres mi donita?

—No lo sé; pero andaba muy apresurada al parecer—el chico nombrado le dio una mordida a la dona de su amigo y le guiñó el ojo—vamos Yoongi, que vamos tarde.

Hoseok había logrado llegar frente al edificio, respiró con dificultad, casi muriendo allí mismo, se puso los tacones y se arregló rápido sus cabellos, cuando dio el primer paso, se fué de lado, llamando la atención de algunas personas.

¡Malditos tacones!

Cuando Hoseok se arrodilló para ayudarse a levantar, varios hombres corrieron auxiliarlo y le sonrieron espléndidos. El agente les miró de mala gana y se levantó de un solo golpe: Si iba a caerse, se levantaría a su estilo.

 El no necesitaba ayuda de ningún hombre, maldita sea ¿Qué pensaban, qué era frágil? aunque bueno, no había nada de malo un poco de amabilidad y ayuda.

Empezó a caminar de forma tambaleante bajo la mirada de los hombres y unas que cuantas mujeres que se burlaron. Hoseok maldijo en bajo y al no aguantar, se los quitó rápido, mejor buscaría su comodidad primero. Al llegar al ascensor, tocó el botón para subir al piso que le tocaría en la entrevista. Las puertas se abrieron y al hacerlo, su cuerpo se tensó, adentro habían varios hombres altos y robustos, unos guapos, otros ni tanto; pero el olor de perfume fuerte hizo al agente suspirar con pesadez.

Junghope  || I DO,IDO,I DODonde viven las historias. Descúbrelo ahora