9.- Cartas de un bobo enamorado (Gay/Homosexual)

Reacción 15 a Carta 18

Suspiró profundamente.

Daba gracias a que Bert le grababa la voz de los maestros durante las clases, y se arriesgaba a que lo expulsaran solo para que él pudiera hacer las cosas. Claramente venía todas las tardes después de enviarle las grabaciones para ayudarle con los deberes en caso de que tuviera dudas.

Detestaba que viniera cuando no estaba su madre...

- Bert...

- ¿....Hmph?

- No puedo concentrarme...

- Solo te estoy abrazando...

- Ni siquiera he aceptado que seamos... Ugh... "pareja"...- hizo las comillas con los dedos.

- Lo sé, pero si admitiste que te gustaban mis cartas. Y que te gustaba el chico de las cartas...- Besó su nuca estremeciendo al otro.

- S-suéltame- pidió avergonzado.

Bert lo tenía sentado en su regazo, entre sus piernas, mientras este hacía los deberes, claramente Bert tenía toda la libertad que quisiera pues el otro no lo detendría al estar haciendo sus tareas y así poder avanzar en la materia, más que nada porque ya que lo expulsaron injustamente, su madre tomó medidas y casi suplicó a Bert que le ayudara con los deberes o con las clases, el temario... todo esto; de una manera o de otra, y este por supuesto que aceptó, todo por poder estar con William.

- De acuerdo...- Lo levantó para salirse de la silla y sentarse en el borde de la cama.- Por cierto....- Sacó un papel doblado del bolsillo de la chaqueta y mostró el dibujito azul en el centro de la hoja.

William apenas tardó unas décimas de segundo para arrebatarle la carta y empezar a leerla, este gesto le pareció muy tierno y adorable al albino, quien no pudo evitar sonreír sutilmente.

- No, no te dejo llamarme amor- refunfuñó en bajo- ..... E-en noruego q-quizás...

Bert soltó una risilla e hizo amago de ir a besar su frente, pero se abstuvo antes de moverse, William no se tomaría bien aquello...

- I-idiota, no me digas estas cosas- señaló la parte donde decía: "[...] amo como cocinas, me encanta ver el brillo que tienes en tus ojos [...]". Bert sonrió travieso, después le guiñó un ojo- O no lo escribas si vas a ver mis reacciones cara a cara- Ahora soltó una carcajada.

- Seguiré haciéndolo- le guiñó un ojo ganándose una mueca algo asqueada del menor de estatura.

- .... ¿Dónde quedó lo del bobo enamorado?

- Pensé que eso te haría falsas ilusiones tal y como me dijiste, así que prefiero que sean ilusiones a secas. Lo considero más real, al menos sabes que te lo escribí yo, a parte de habértelo entregado mano a mano...

- Eres un grandísimo idiota...

- Y me amas

- No te hagas ilusiones tú...

- awwww...- musitó con algo de pena fingida y después sonrió.- ¿Porque me odias tanto y no admites que me amas?

- Porque no lo hago...- chasqueó la lengua contra el paladar.

- ¿Dónde quedó tu curiosidad por besarme?- comentó Bert.

- Iugh...

Soltó una carcajada y después se acercó un poco. William actuó rápido y se tapó la boca con las dos manos para asegurarse de que no lo bese. Bert sonrió.

- No te voy a besar los labios... ¿Me dejas besarte en la frente?- negó automáticamente todavía tapándose los labios.- Ya te besé, no te pasará nada...

El otro se mostró confuso y se destapó la boca para preguntar cuando hizo aquello, Bert aprovechó para acercarse rápido y dejar un beso sobre sus labios, pero rápidamente se retiró esquivando la afilada cuchilla del otro. Agarró su muñeca riendo para evitar que le hiciera daño, después dio un giro haciendo que soltase el afilado objeto, después lo abrazó con fuerza dejándolo totalmente pegado a su cuerpo.

- ¡Suéltame!- gritó totalmente colorado.

- No estás en condiciones de que te miré ahora mismo- musitó en bajo- Sé que ahora mismo estarás rojo, siendo la calor de tus mejillas, es tenue...- sonrió un poco- ¿Porque me arañas?

- S-suéltame.

- De acuerdo, pero no intentes apuñalarme, vær så snill- el otro alzó la mirada para verle- Por favor...

- Idiota...

- Amas mis encantos noruegos- le guiñó un ojo.

- S-solo un poco- susurró ahogado escondiendo su cabeza contra el pecho del otro. Escuchó la risilla del contrario, fue una risilla tranquila, sonaba fuerte, potente, en sintonía con la respiración.

Ugh...

Detestaba aquella abrumadora sensación de inferioridad.

- Will... tú...- hubo un largo silencio- ¿Te pusiste duro?

...