¥Capítulo 3¥

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A la mañana siguiente cuando despierto el teléfono está cargado y curiosamente también está desbloqueado, lo cual es raro ya que nadie tiene su teléfono sin clave.

Decido revisarlo hasta que Ruggero esté presente, no se que clase de cosas pueda encontrar aquí.

Llego a la escuela y trato de esquivar a mis amigos pero me retienen.

—Creo que van a condenar a Mike.

—¿¡Que!?

—Al parecer la sangre que había en las paredes coincidía con la suya, o una parte de ella porque hay sangre de otra persona que no saben quién es.

—Pero si la sangre es de Mike entonces Emilia jamás hizo esas huellas, lo que significa que el no la mato.

—O que probablemente Emilia hizo algo por luchar con su vida y el idiota de Mike la durmió y fue ahí cuando hizo que su muerte pareciera un suicidio.

—Entonces la navaja debería de tener huellas de él.

—La navaja no tiene huellas, simplemente no hay ni de uno ni de otro.

—¡Rayos!

—¿Que te traes con Mike Karol?— pregunta Joshua mirándome fijamente.

—No tengo nada con el, solo no me gustaría que condenaran injustamente a alguien.— Joshua no response nada pero se ve la irritación en su cara.

—No entiendo ni si quiera que le ven a ese idiota.

—A Julieta le gustaba.— volteo a ver a mi amiga y veo su cara totalmente roja.

—¿Es en serio Julieta?— no espera una respuesta de su parte y se va.

No entiendo nada de esto.

—Gracias Karol, siempre arruinas todo.— ¿Pero que carajos paso aquí?

Agh! No tengo tiempo de enfocarme en tonterías, necesito ir a las gradas.

Corro por todo el instituto hasta llegar a las gradas, busco el árbol que deja un hueco de acceso hacia esta. Logro entrar sin problemas y empiezo q buscar a Ruggero.

—Karol.— susurra/grita.

—Traigo el teléfono y curiosamente no tiene contraseña.

—Eso es bastante extraño.

Se lo doy a Ruggero para que el lo revise mientras yo solo miro atenta la pantalla.

Lo primero que hace es ir a WhatsApp pero no hay nada, solo chats con sus padres, todos los demás chats han sido bordados.

—Mierda.— lo escuchó gruñir.

—Solo sigue buscando.

Siguiendo con la revisión se va a la galería y solo hay algunas fotos de ella, unas más comprometedoras que otras, mientras Ruggero las ve atentamente yo me percato de que sus ojos brillan más de lo normal, francamente no se a que se debe pero su mirada se vuelve más oscura que de costumbre.

En las fotos tampoco hay nada y la única red social que queda es Instagram.

Ruggero sin dudarlo presiona el icono que aparece en la pantalla y se va hacia los mensajes directos, tampoco hay nada, solo algunos chats con sus amigas hablando estupideces.

Ruggero me devuelve el celular y niega.

—¿Ahora que hacemos?

—Revisar el registro de llamadas.

En La Oscuridad|| Ruggarol Donde viven las historias. Descúbrelo ahora