¥Capítulo 4¥

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Hace una semana que no hablo con Ruggero, le he visto una o dos veces en los pasillos pero es como si no nos conociéramos. Mientras he intentado buscar algo más en el celular pero aún no encuentro nada.

Literalmente todo fue borrado y eso hace que sea aún más sospechoso, estoy empezando a pensar que tal vez Mike si la mato y antes de salir de esa casa borro todo lo que pudiera incriminarlo aunque no contaba con la cámara de seguridad.

Llevo tres horas sentada en mi cama con el celular conectado al computador pero sigue sin aparecer nada, solo hay fotos de ella y conversaciones con sus amigas.

Escucho un ruido en mi ventana y me asusto porque es de noche. Abro la mesita de noche y saco un cuchillo por si tengo que defenderme.

—¡AHHHH!— mi grito se ahoga cuando le doy cuenta de que es Ruggero.— ¿Acaso eres un idiota? Podrías haberme matado.

—Siempre tan dramática.

—¿No podías entrar como una persona normal por la puerta?

—Es mas divertido así. ¿Que haces?

—Estoy tratando de buscar algo más que no hayamos visto antes.

—Deja eso ya karol, lo intentamos y no conseguimos nada.

—Sabemos que Emilia se metió en las drogas por Mike.

—Eso no ayuda en nada, solo demuestra las la culpabilidad de Mike.

—Pero emilia debió aceptar por una razón. Tal haz tenía problemas o algo por el estilo.

—No se de que hablas karol, modula.— ruedo los ojos en clara señal de fastidio.

—Me refiero a que Emilia era una persona que pasaba poco tiempo en su casa, siempre prefería estar afuera y tal vez hay algo ahí que no sepamos y que influya en todo.

—Debo admitir que esta vez puede que tengas razón. Pero sus padres salieron de la ciudad hace unos días.

—Ni si quiera se molestaron en saber que fue lo que paso con su hija.

—Tal vez ya era lo suficientemente duro para ellos encontrar a su hija muerta en la tina del baño y con sangre por toda su casa.

—Las huellas siguen sin cuadrarme, independiente a que haya sido un asesinato o suicidio alguien estuvo ahí.

—Resígnate a creer que fue un asesinato y que Mike la mato.

—Tal vez el estuvo ahí pero no le hizo nada, tal vez solo quería hablar con ella. Aquella noche estaba lloviendo y sería normal que sus zapatos tuvieran lodo.

—Es que esto son solo teorías Karol. Debemos buscar algo más en concreto.

—Podríamos volver al sur de la ciudad y preguntarle a alguien más si la conocía.

—Me parece una buena idea.— asiento. Ninguno de los vuelve a decir nada por los próximos dos minutos.

Yo estoy acostada en la cama viendo hacia el techo mientras que Ruggero está sentado a mi lado. Puedo sentir su mirada sobre la mía y eso me empieza a incomodar.

A pesar de que trato con todas mis fuerzas no voltear el esfuerzo es inútil porque lo hago y efectivamente ha estado mirándome.

—¿Sabias que tus pestañas son largas y tu nariz se mueve de una forma extraña cuando estás concentrada?— le dedico una mirada de "que mierda".

—Estoy aburrido y me gusta observar a las personas.

—Eso sonó muy enfermo.

—No lo es.

En La Oscuridad|| Ruggarol Donde viven las historias. Descúbrelo ahora