6 - En tu habitación

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Narrado por Terry

- ¿Es la familia de Brower, los americanos exportadores de acero? - asiento - Al menos es una familia muy poderosa y podríamos hacer alianzas muy importantes, aunque eso no le quita lo americana y lo plebeya -

- Le recuerdo que yo soy hijo de una americana "plebeya" - digo recalcando su adjetivo despectivo - parece que desgraciadamente no somos tan diferentes -

- ¡Basta Terence! - exclama para luego mirarme atentamente - ¿y porqué ella? - me quedo callado ¿qué podría decirle? ¿Que estoy locamente enamorado? ¿Que lo que más quiero en el mundo es hacerla mi mujer? O ¿Que quiero tener el derecho de hacerle el amor día y noche? - No puede ser... te has enamorado como un tonto - rompo el contacto visual - ¡Maldición Terence! No le puedes dar tanto poder a una mujer sobre ti, eso siempre termina mal... - así que el Duque sí amaba a mi madre, tal ves la dejó por eso mismo, por su incapacidad de sentirse vulnerable- es mejor cuando el matrimonio es arreglado y no te importa lo que quiera o piense tu esposa - como el caso de la Duquesa Cara de Cerdo.

- Usted quería que escogiera una esposa dentro del colegio, ya la elegí, es ella, el porqué no debería de importarle -

- Bueno al menos no es una prostituta o una niña sin apellido - él hace un silencio largo - Hablaré con su familia, pero primero debo pedir la aprobación del Rey-

- Es adoptada - lo escupo sin titubeos, de todas maneras lo iba a descubrir.

- ¡Yo sabía que esto era una de tus jugarretas! ¿Acaso te empeñaste en buscar a la jovencita menos apta del colegio como una venganza contra mí? - me río a carcajadas.

- No se crea tan importante -

- ¡Cállate! No creo que la Corona la acepte, ni siquiera se podrá rastrear su genealogía y eso es lo primero que hacen para que el Rey dé su consentimiento  -

- Si no me caso con ella, nunca lo haré -

- Maldición, estás peor de lo que pensé - me responde negando con la cabeza.

- Me voy, mañana tengo prueba - miento, creo que nunca he estudiado para un examen.

- Mejor sácate de la cabeza a esa jovencita, dudo que el rey la apruebe -

- No es usted el que siempre dice que el gran Duque de Grandchester puede lograr lo que sea - lo reto, sé que todos los desafíos se los toma como propios.

Salgo por la puerta con la esperanza, de que por primera vez en la vida, el Duque haga algo bueno por mí.

Camino hacia mi habitación, son apenas las 7 p.m.  y ya todo está en silencio, y pensar que todos estos niños ricos están sometidos a un sinfín de absurdas reglas, para que sus padres puedan vivir tranquilamente sin la responsabilidad de criar a sus hijos.

Mi habitación queda exactamente frente al cuarto de mi Pecosa, ella siempre es la última en apagar la luz, seguramente no puede dormir fantaseando conmigo. Sonrío, con solo recordarla se me despiertan las ansias, tendré que masturbarme antes de dormir.

Luego recuerdo que es novia del suavecito de Cornwall y la ira de los celos me invade el alma, si ese imbecil se atreve a tocarle uno solo de sus cabellos, juro que lo mataré.

Cuando entro a mi cuarto miro una silueta blanca al lado del ventanal, así que rápidamente enciendo la luz.

- ¿Pecosa? - me sorprendo, nunca pensé que se atrevería a entrar a mi habitación. Apago la luz, no quiero que vengan a interrumpirnos, de nuevo.

Miro lo que sostiene en la mano reconociendo la foto de la mujer que me parió, así que camino rápido hacia ella para arrebatársela y la partirla en varios pedazos.

Despertando la Pasión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora