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2014

Bebí un sorbo del frapuccino y volví a teclear rápidamente en mi portátil. Con dos párrafos más podría concluir el desarrollo del trabajo. Las conclusiones podía hacerlas en la noche antes de irme a la cama.

Estando en la universidad había aprendido que dejar trabajos y tareas pendientes me harían correr durante todo el curso, así que procuraba no atrasarme con las asignaciones. Y más teniendo en cuenta que me quedaba apenas una semana de clases para terminar mi segundo año de carrera.

La campanilla de la puerta de The Habit Burguer Grill sonó tintineante y levanté la vista para encontrarme con la cara conocida del pelinegro.

Su mirada cayó sobre mí segundos después de haber repasado el lugar y ambos sonreímos. Cerré la laptop y acomodé los libros y documentos a un lado al tiempo que él se acercaba a la mesa.

Me puse de pie y dejé que Minho me levantara unos centímetros del suelo mientras me abrazaba con fuerza. Hundí mi rostro en el hueco de su cuello y por raro que suene, lo olí, de inmediato extrañándolo demasiado a pesar de que estaba ahí conmigo.

— No puedo creer que realmente estés aquí. – le dije al oído y nos separamos, sonriéndonos al vernos de frente cuando me dejó en el piso, aun sujetando mis manos

— No puedo creer que tú estés aquí. – respondió él – Te ves muy americana. Pareces una local.

— Han sido dos años ya.

— No puedo creer que no nos hayamos visto en tanto tiempo. Estás hermosa. El cabello corto te sienta muy bien.

Finalmente tomamos asiento y pedimos una hamburguesa para cada uno, ya que era horario de almuerzo.

— Este verano sí irás a Corea, ¿verdad? – me preguntó mi primo y ladeé la cabeza

— No lo sé, Minho. Aunque las clases terminen, tengo prácticas como becaria. Te lo dije hace tiempo.

— Pero debes hacer tiempo para ir a Seoul y ver a la familia. Mis padres no te ven desde que te fuiste, y tus padres tampoco desde hace un año.

— Lo sé, pero en serio es difícil ahora mismo. Tal vez el próximo año o para Navidad. – respondí y el pelinegro frunció el ceño negando con la cabeza

— Eso dijiste el año pasado y al final mis tíos tuvieron que venir a verte.

— Estudiar y trabajar no es fácil. Tú lo sabes mejor que nadie.

El mayor suspiró y asintió.

— Tienes razón. Yo tampoco estuviera aquí ahora si no fuese por el trabajo. Pero los chicos están entusiasmados, así que es algo bueno.

Le di una sonrisa a Minho y en ese momento llegó la camarera con nuestros pedidos. Comenzamos a comer en un silencio incómodo, porque sí, Minho lo había mencionado sin querer y yo no había caído en cuenta de que realmente, Kim Namjoon y yo volvíamos a estar en el mismo lugar después de tanto tiempo.

— H-He visto, – volví a hablar tratando de no hacer más incómodo el ambiente – que el grupo está creciendo poco a poco.

Minho sonrió con lo que denoté como orgullo y asintió limpiando sus labios con una servilleta de papel.

— No ha sido fácil para un grupo como ellos, pero son muy buenos y tienen hambre de triunfo. Estamos seguros de que lo harán bien.

— Estoy segura de que sí.

Minho finalmente se había graduado para quedarse trabajando en Big Hit, y aunque su puesto no era el de manager, casi que lo era.

— ¿Qué tan lejos te queda la escuela y los dormitorios? – me preguntó mientras caminábamos por el Paseo de la Fama tomando un helado

Moonchild [K.NJ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora