Un sonido.
Dos sonidos.
No quiero.
Oculto con una mano mis ojos antes de abrirlos. Siento mis párpados agotados, pegajosos seguramente por el escaso rímel que traía ayer.
Ayer.
Mi respiración se entrecorta cuando los recuerdos llegan.
Tres sonidos.
Ese sonido, era el tono de mi celular que anunciaba una llamada.
Me rasco los ojos con ambas manos y busco con pesar el teléfono sobre el sofá. Palmeo varios lugares hasta tomar en mi mano el aparato.
No me percato de quien es y no lo hago porque no es su tono, mi subconsciente me avisa.
—¿Diga?—respondo, confundida y con la voz algo rasposa.
—¡Beth! ¡Niña pensé que nunca responderías!
Anna, mi compañera de trabajo.
Su voz siempre será reconocible por ser particularmente chillona.
—Hola Annie—respondo bajo y entrecierro los ojos por los rayos prominentes que entran en el departamento.
¿Qué hora serán? ¿Qué día es hoy?
—¡Eres una sucia! ¡No te atrevías a contestarme! ¡Me tienes que dar detalles de anoche! ¡No te hagas!
Sus palabras caen como rocas sobre mi estómago y sumado a eso, que no he comido desde ayer por la tarde. Es más desagradable.
No sé qué decirle, no sé qué decirme a mí misma.
—¡Dime chica!—presiona.
Trago duro y comienzo a temblar recordando fracciones de la noche anterior.
—Yo...
Es todo lo que logro decir. No estoy preparada para hablar de eso, estoy segura. No sé cómo lo evitaré porque ella ha sido mi confidente y consejera en todas las etapas de mi relación. Pero esta resulta muy diferente.
Me muerdo el labio inferior mientras pienso en un pretexto y ella insiste e insiste que hable.
—¡Habla Beth! ¿Qué hicieron? ¡Oh Dios! ¡Que no hicieron!...
Su voz es atormentante e hiriente a la vez. No he hecho más que escuchar mi propio llanto y el silencio en mi corazón, así que resulta algo fastidioso, pero ella no tiene la culpa.
—Annie, yo... necesito... estoy arreglando...—vacilo con la tristeza evidente en mi voz, no logro mentirle o excusarme.
—Tranquila, mañana te veo. Te espero temprano antes de abrir. Bethany Donsson, tienes mucho que contar.—la escucho decir al otro lado de la llamada.
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OLD ME ©
Teen FictionNo conoces verdaderamente acerca del amor hasta que te rompen el corazón. -Luke Davies.