CAPITULO 1

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Como todas las mañanas me desperté a las 7am, fui al mini gym que tenía en casa a ejercitarme un poco al terminar tome una ducha y me vestí con mi traje formal, aunque no iba salir para nada, solo checaría algunos contratos que tenía.

Por lo general esta era mi rutina diaria, trabajaba en un buffet de abogados dirigido por mi padre claro, yo manejaba todo desde casa, rara vez iba a las oficinas solo si se trataba de algo urgente. No me gustaba relacionarme con personas solo si se trataba de trabajo, mi circulo social de amigos se hizo pequeño, porque así lo quise.

En ocasiones donde me quedaba pensando, ella venía a mis recuerdos, preguntándome ¿qué será de su vida? ¿le ira bien? ¿me recordara? Porque muy dentro de mi sabia que aun la amaba.
Mis pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de mi celular.

-Espero que sea algo importante-respondí algo molesto por la interrupción-.

-Hola, gracias por preguntar cómo me encuentro.

-Sebastián-susurre, un poco alegre de saber quién era- ¿A qué debo el honor de tu llamada?

-He regresado-dijo alegre-y quiero ver al gruñón de mi amigo.

-En el lugar de siempre y a la misma hora- esperé su afirmación y colgué-.

Mi vida era esta, no tenía una pareja estable porque después de ella, nada era igual, pero eso no quiere decir que no estuviera con mujeres disfrutando solo de sexo.

Tenia momentos de debilidad en los que mi subconsciente me traicionaba y ella venía a mi mente, pero desde hace unas semanas esto a estado ocurriendo mas de lo normal. No debería de pensar en eso, ocurrió hace mucho tiempo.

Seguí trabajando, hasta que dieron las 9 de la noche, salí rumbo al bar ya que este quedaba como a 30 minutos de mi casa y yo soy un tanto puntual, al llegar estacioné el coche en el mismo lugar que siempre y avance hacia la entrada donde Sebastián me estaba esperando, cuando estuve a su lado me recibió con un apretón de manos y un efusivo abrazo no me podía quejar él era así de alegre.

-Listo para divertirnos-pregunto caminando hacia la entrada del bar y moviendo las cejas de arriba abajo-.

-Como siempre, claro-respondí-.

Entramos y caminamos hacia una mesa al estar sentados pedimos nuestras bebidas y empezamos a charlar de temas tribales.

-El deber me llama-dijo Sebastián con cara de diversión-le daré a esa mujer lo que me está pidiendo con la mirada-.

Yo solo asentí con la cabeza, mientras él se divertía yo lo esperé en la mesa, si tuve varias insinuaciones de mujeres guapas y calientes, pero hoy no quería ese tipo de placer.

Cuando regresó con el cabello desordenado y la camisa mal abotonada, me reí de su aspecto, ya llevábamos un tiempo bebiendo y platicando, y se nos unió una amiga que conocíamos desde la prepa.

-Pero miren a quien me vine a encontrar aquí-dijo Astrid con cara de asombro-ya tenía tiempo que no los veía -.

-Astrid tu siempre tan guapa-Sebastián respondio-sientate a tomar un trago con nosotros-.

Yo solo asentí en dirección a ella.

Mientras ella contaba acerca de los tantos viajes que hizo, no pude resistir más y pregunté....

- ¿Cómo esta ella?

Astrid la conocía y eran amigas, aunque no tan cercanas, mantenían contacto. Cuando hice esa pregunta actuó extraña tratando de evadirla, pero la mirada que le dirigí la hizo hablar.

-Kaled-pronuncio mi nombre en un susurro-es algo difícil de explicar.

Mientras pronunciaba esas palabras me tense no sabía que es lo que le costaba tanto trabajo decírmelo, solo tenía que decir que ella se encontraba bien y ya - frunció el ceño, algo no andaba bien-.

-Dime de una vez que está pasando-.

-Se encuentra en el hospital...tu-vo un accidente y está en co-ma-. -termino diciéndolo con pesar-.

No podía ser cierto, como fue que sucedió en este momento no pensé en otra cosa más que en ella así que le pregunté en que hospital estaba...

-No creo que sea conveniente, té entiendo la quieres ver pero...-dijo Astrid mirándome seria-.

- ¿EN QUE HOSPITAL ESTA? -alce la voz, sintiendo la ira recorrer mi sistema-.

Cuando me dio la dirección, me levante de la mesa para irme, tenía mucha información que digerir. Mientras caminaba a la salida Astrid me detuvo algo nerviosa y pronuncio que se encontraba diferente. No supe a que se refería, claro que tenía que estar cambiada habían pasado 6 largos años sin verla.

Cerca de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora