ʜᴏᴍʙʀᴇ ᴇɴ ᴇʟ ᴍᴇᴅɪᴏ//𝒁𝒆𝒆𝑷𝒆𝒓𝒕𝒉𝑺𝒂𝒊𝒏𝒕

CAPÍTULO 11

Zee cerró la puerta de la habitación sin hacer ruido detrás de él y caminó por el pasillo. Perth y Saint estaban durmiendo, y ellos necesitaban descansar. Los últimos días habían sido muy duro para todos, especialmente para Saint.

Zee todavía no estaba seguro de cómo se sentía acerca de la afirmación del Príncipe Bright de que su compañero era un vampiro. Eso explicaría mucho, como por qué tenía tantos problemas regulando sus niveles de azúcar.

Sin embargo, no explicaba por qué Zee nunca había olido a un vampiro en Saint. Simplemente no había manera de confundir el olor único que cada vampiro tenía.

Y Saint no lo tenía.

Bueno, al menos no antes. El olor era muy débil, casi como si lo oliera de lejos, pero poco a poco iba creciendo en Saint. Desafortunadamente, Zee no podía averiguar si provenía de Saint o de estar en una casa llena de vampiros.

La cuál era exactamente la razón por la que Zee estaba de camino abajo para hablar con el príncipe.

Necesitaba saber más antes de sentarse con Saint y hablarlo con él. Necesitaba saber si su pequeño y dulce compañero era en realidad un vampiro.

Zee se detuvo frente a la puerta del estudio del príncipe y llamó suavemente. Cuando oyó la respuesta, abrió la puerta y entró. El Príncipe Bright estaba sentado detrás de su escritorio revisando unos papeles. Su compañero, Win, estaba sentado acurrucado en una silla junto a la ventana leyendo un libro.

—Buenos días. —Zee asintió a los dos hombres—. ¿Puedo tener un momento de tu tiempo, Príncipe Bright?

—Por favor, llámame Bright. —El príncipe sonrió mientras agitaba la mano hacia una de las sillas frente a su escritorio—. Somos de la familia después de todo.

—Eso es algo acerca de lo que quería hablar contigo —dijo Zee mientras se sentaba. Apoyó las manos en su regazo y cruzó una pierna, descansando el tobillo en la parte superior de la otra pierna.

—Sí, lo estaba esperando.

Zee arqueó una de sus cejas ante la respuesta del príncipe. Bright se rio entre dientes. —Yo hubiera tenido preguntas si me acabara de enterar de que mi compañero es un cambiaforma. Supongo que lo mismo se aplica a ti al descubrir que tu pareja es un vampiro.

—Todavía no estoy convencido de que Saint es un vampiro.

—Te lo puedo asegurar, lo es.

—Pero ¿cómo puedes estar tan seguro?

—Está en la sangre.

«Verdad».

—Príncipe...

—Bright.

Zee asintió. —Bright, yo no soy un vampiro, y aunque realmente no tengo nada en contra de ellos, no sé si puedo estar tan seguro como tú lo estás sin más pruebas.

—¿Una corroboración del Prince Prem será prueba suficiente?

Zee se quedó mirando el príncipe por un momento cuando asimiló esas palabras. Sabía que Boun confiaba en el Príncipe Prem con su vida. Ellos estaban acoplados. Y Boun era su hermano, alguien en el que Zee confiaba con su vida. Si Boun confiaba en su príncipe, entonces Zee sabía que también podía.

—Muy bien. —Zee asintió al príncipe—. Aceptaré la palabra del Príncipe Prem.

Bright comenzó a sacar su teléfono, pero se detuvo con la mano sobre el receptor. —¿Preferirías que yo llame al príncipe, o te gustaría hacerlo tú?