CAPÍTULO 15

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Saint miró a Perth mientras trataba de averiguar lo que estaba mal con su pareja. No había signos externos de que Perth estaba molesto, pero Saint había sido compañero del hombre el tiempo suficiente para leerlo.

Y Perth estaba muy molesto.

Él era lo bastante agradable, ayudándolos a empacar, sonriendo y diciéndole adiós a sus anfitriones, e incluso poniendo la mano en la mitad de la espalda de Saint mientras caminaban hacia la camioneta. Pero algo andaba mal. Saint podía sentirlo.

Sólo que no sabía cómo solucionarlo.

Cada vez que lo mencionó, Perth desestimó las preocupaciones de Saint como si nada estuviera mal. Saint estaba empezando a sentir que él podría ser el problema.

¿Quizás Perth aún estaba molesto con él por dejarlo? Saint pensó que habían solucionado eso, y que Perth comprendía por qué había hecho lo que hizo. Pero tal vez no.

—Perth...

—Estoy bien, Saint.

—Pero...

—Saint, déjalo.

Saint apretó los labios para no gemir mientras giraba su cara en el musculoso brazo de Zee. Odiaba cuando Perth le cerraba las puertas de esta manera. Ya había ocurrido en el pasado, pero sólo cuando el Profesor estaba haciendo que Perth hiciera algo que no quería hacer. El Profesor era cosa del pasado, por lo que Perth no podía usar eso como una excusa por su comportamiento en esta ocasión.

Va a estar bien, ángel —Zee susurró silenciosamente a través de su vínculo. Saint sintió la mano de Zee darle una palmadita en la rodilla—. Perth resolverá lo que le está molestando y hablará con nosotros sobre ello cuando esté listo para hacerlo.

—¿Crees que todavía está enojado conmigo por irme? —Saint sólo tenía que saber.

Odiaba cuando Perth estaba molesto.

 Sentía como que cada segundo marcara más lento que el atardecer cuando Perth estaba enfadado. El sol sólo se empezaba a levantar de nuevo cuando pudiera ver la dulce sonrisa de Perth.

No lo creo, Saint. Perth no es de los que guardar rencor. Algo le ha molestado, pero no creo que seas tú. —Los enormes hombros de Zee se movieron mientras se encogía de hombros—. Tal vez está preocupado por todo lo que hemos aprendido acerca de quién eres.

Saint sintió que su corazón se alojó en su garganta. —Tal vez él no me quiere porque soy un vampiro. —Era lo único en lo que Saint podía pensar que pudiese explicar el comportamiento de Perth—. Él debe odiarme ahora. Yo...

Yo… —Saint apenas sofocó su sollozo—. Probablemente ahora le de asco.

—¡Maldita sea! —gritó Zee, golpeando con su puño el volante.

La cabeza de Saint se levantó de golpe cuando sintió de repente a la camioneta desviarse. Estaba preocupado de que pudieran haberse dirigido a un accidente hasta que vio a Zee estacionar el vehículo a un lado de la carretera y apagar la camioneta.

—Zee, qu... —Saint fue silenciado por la expresión oscura y enojada de Zee.

Oh, perfecto, ahora tenía a dos hombres enojados con él.

Saint envolvió sus brazos alrededor de su estómago y se encorvó en su asiento. Si no hubiera estado rodeado por sus compañeros a ambos lados, se habría deslizado de la camioneta y echado a correr.

—Quiero respuestas, Perth —dijo Zee bruscamente—, y las quiero ahora.

—No sé de qué estás hablando —dijo Perth en un tono sarcástico.

ʜᴏᴍʙʀᴇ ᴇɴ ᴇʟ ᴍᴇᴅɪᴏ//𝒁𝒆𝒆𝑷𝒆𝒓𝒕𝒉𝑺𝒂𝒊𝒏𝒕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora