Abro los ojos, me despierto con el sonido de la alarma del móvil. Brian en ese momento me envia un mensaje diciendo: "Miles, ¿no habíamos quedado ahora?".
¿Qué? En serio estoy muy confundida, ¿que está pasando? Bueno pero sin más preambulos me vestí y fui con él.
Me estaba esperando otra vez en aquel banco, distraído con el viento, envuelto en sus pensamientos, acariándose el cuello de una manera tan tentadora que me resultaba hasta excitante verle. Le saludé y empezamos a caminar. Lo curioso es que íbamos por las mismas calles que la otra vez...Y también llegamos al mismo destino. Sí, llegué a la extraña e inexplicable conclusión, de que me había transportado de alguna manera al pasado. Así que volví a vivir ese día y con el doble de ganas que antes.
Llegó la despedida y llevaba todo el camino cogiéndome de la cintura. Me cautivaba todo de él, sus ojos en ese preciso momento me miraron con un brillo especial, una picardía intimidante habitaba en ellos. Y me lancé sobre él, con la intensidad justa para acariciarle los labios y besarle apasionadamente, con esos besos que por mucho tiempo que pase, jamás se olvidan. Y las palabras estaban silenciosas, y nosotros sonriendo, con la cara enrojecida y abrazándonos.
