Obsesión intrigante

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Y desde entonces fue peor que una droga, los días transcurrían, pasaban y hablábamos sin parar. Por las noches no paraba de dar vueltas en mi cama. Me ponía contenta pero a la vez nerviosa. Tenía ganas de verle, de que me volviera a coger de las manos, de que me mirara sólo como él lo hace. Esto ya no se trataba de un simple enamoramiento, el deseo y la obsesión por él me estaban comiendo el alma.

En ese momento, como por casualidad, me llega un mensaje. Brian me dijo que tenía una sorpresa para mí, que volviera a la cafetería el viernes. Por un momento sentí que explotaría, ¿que podría ser? Estaba intrigada y desesperada porque llegara el viernes.

Mi madre me dijo que bajara a cenar, verduras, para variar. Odio cuando tus padres se empeñan en preguntarte cosas para sacar una conversación, por ejemplo "¿Qué tal las clases?". No sé a veces pienso que vivo con un par de primates, en fin, me fui a la cama con un mensaje de buenas noches y la imagen de él en mi mente.

StrangersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora