El cachorro resultó ser bastante listo y obediente, pero también parecía ser que no era un perro después de todo, Jacob llegó a pensar que tal vez era un lobo o una cruza, pero al final eso lo tenía sin cuidado. Pasaron los días y las semanas en completa calma, Jacob de vez en cuando veía a aquel ser merodear por los alrededores, y en un inicio nada más percibir aquel característico olor iba a encerrarse y mirar por la ventana, pero esa criatura no hacía nada, tan sólo iba y venía. En esos ires y venires de la criatura fue que Jacob empezó a notar más detalles que antes, debido a lo caótico de sus encuentros, no había visto; aquella cosa aparte de ser enorme y estar envuelto en fuego no quemaba nada, no importaba que pasara serca de algún árbol o arbusto, estos estaban intactos, tampoco el suelo por el que pasaba se veía afectado de ninguna manera. También en una de esas ocasiones se dio cuenta que tenía dos pares de cuernos y que en medio de ellos yacía una pequeña flama color azul, esta parecía estar suspendida, también notó que los ojos del ser eran de un rojo muy extraño, resaltando por completo del color que le envolvía por completo, además tenía una larga cola y algo que seguramente eran alas, las cuales mantenía bien pegadas a su espalda; pero ciertamente lo que más le llamó la atención fue que aparentemente era macho ya que una de las veces que lo pudo ver más de cerca notó que tenía genitales masculinos. Todo aquello le pareció raro, particular y fascinante al mismo tiempo, pero de igual forma le aterraba de sobremanera ¿será un demonio? Se preguntaba Jacob muy seguido, sinceramente no tenía ni la más mínima idea, y siendo honesto quería averiguarlo, pero claro que ni loco se acercaría a preguntarle, seguramente iba a morir con la duda.
Tras esos encuentros todo se volvió cotidiano, al final Jacob llegó a la conclusión de que el ser no era malo ni peligroso mientras no se le perturbe o provoque, además que cuando estaba cerca aquel olor a humo era perceptible, por lo cual no le tomaba del todo por sorpresa.
Un buen día el joven inglés decidió salir a cazar algo más grande que sólo conejos, aves y peces, quería un ciervo o un jabalí, por lo que se alistó, tomó su rifle y dejando a su ahora adulto compañero al cual había nombrado "Fenrir", salió en busca de su presa.
Ya adentrado en la espesura del bosque, Jacob encontró un rastro, parecían las huellas de un jabalí, así que las siguió por un buen rato hasta que divisó al animal a la distancia.Posicionándose le apunto al enorme cerdo salvaje y con certero disparo el animal cayó; de más está decir que el sonido del arma resonó por todo el lugar, espantando a las aves que se posaban en los árboles. Fue luego que pensó que eso seguramente atraería a la criatura, por lo que algo apurado tomó al animal y se lo echó a la espalda. Era pesado, por lo que no podía ir tan rápido, pero no se detuvo, iba a paso constante hasta que un ruido captó su atención junto con aque olor a humo; se paralizó y por alguna razón entró en pánico.
—No, por favor no... —dijo algo nervioso mientras sus ojos miraban para todos lados para ver si podía averiguar de dónde saldría, entonces escuchó un movimiento e imposiblemente ágil salto a esconderse en unos arbustos aún con el jabalí a cuestas.
Respirando agitado observó lo que sucedía, fue ahí que vio a un lobo que traía algo en el hocico, pensó que tal vez era algún conejo que había cazado, pero entonces se dio cuenta que no, lo que traía era un lobezno. Nada fuera de lo común, así que pensó en irse, pero fue ahí que lo vio, aquel ser se plantó frente al enorme lobo el cual de pronto empezó a soltar sonidos que Jacob interpretó como tristeza o angustia.
—¿Qué está haciendo? —se preguntó mientras veía atento la escena.
En eso el enorme ser se arrodilló extendiendo sus manos envueltas en fuego, y Jacob tuvo que hacer un enorme esfuerzo para ahogar los sonidos de sorpresa que amenazaban con delatar su posición. Realmente creyó que el lobezno iba a quedar en puras cenizas que se llevaría el viento en cuestión de segundos, pero fue todo lo contrario. El lobo dejó el cachorro en las manos llameantes del la criatura y esta enseguida lo cubrió haciendo que el pequeño animal se envolviera en una llama de color azul, similar a la que danzaba entre el par de cuernos de la criatura. Al cabo de unos instantes el ser dejó al cachorro en el suelo, el cual enseguida empezó a moverse a diferencia de antes, tras eso, tanto el pequeño como el enorme lobo recibieron un par de caricias y se marcharon.
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Into the Eternal Fire
FanfictionUno siempre tiene la ferviente idea de que las cosas siempre son como uno imagina, pero cuando algo fuera de ese concepto sucede, siempre termina haciendo que uno reconsidere todo, de esa forma Jacob aprendió que nada debe darse por sentado y cosa d...