Sin lugar a dudas hay acontecimientos que marcan para siempre la vida de las personas, ya sea por malas decisiones o bien, por causa de otros, y en este caso para mala suerte de Jacob, había sido precisamente por algo que a él nisiquiera le ateñia. Todo su mundo y lo que conocía se había derrumbado cuando tras estallar la segunda guerra mundial se vio en la obligación de servir, no quería, se le hacía demasiado tonto y ridículo, pero al final tuvo que hacerlo. En parte por el hecho de que si lo hacía, su padre estaría a salvo de tener que ir al frente de batalla, además de que así podría cuidar a su madre y a su hermana en su ausencia, por lo que con eso en mente partió rumbo a un destino incierto.
Tras meses de luchas, masacres, conflictos, demasiado estrés y viendo de lo peor que era capaz la raza humana, Jacob lo estaba sobre llevando bastante bien, o al menos lo bien que podría estarse en una situación como aquella. Pero tristemente eso no era ni por asomo lo peor que viviría, no, en absoluto. Un buen día, mientras se disponía a cumplir con sus asignaciones recibió la noticia de que los alemanes habían bombardeado Inglaterra, y apenas escuchar eso sintió como el mundo se le venía encima y tras semanas de buscar información supo con horror que su familia había muerto.
Durante días estuvo en total negación por lo acontecido, tanto fue así que la noción del tiempo se vio por completo perdida que ya nisiquiera tenía la más mínima idea de en qué día vivía e incluso llegó al punto en el que tampoco sabía si en verdad aún él mismo seguía con vida, ya que una parte de él había muerto. Como bien le habían dicho más de una vez, “el tiempo lo cura todo" o “tiempo al tiempo" él así lo creyó, pero evidentemente eso es algo que no es del todo verdad y que no terminas de sanar por completo, es como una herida que permanece mínimamente abierta, doliendo de tanto en tanto para recordarte lo que alguna vez fue y no será nunca más.
Para cuando la guerra terminó en 1945 Jacob tenía ya 27 años, el mundo estaba sumido en un total caos que no fue más que el resultado de todo lo acontecido los seis años previos. Para ese entonces Jacob no quería saber absolutamente nada del mundo, y tampoco quería regresar a su natal Inglaterra, eso le recordaba a su familia, que se había tenido que separar de ellos, que no pudo cuidarlos y por ende se culpaba de sus muertes aunque nada tuviera que ver con eso, pero sin duda habría preferido morir con ellos que vivir solo por el resto de sus días.
Así que sin pensarlo demasiado fue a parar a algún lugar al azar, un sitio desconocido en quien sabe dónde no muy claro entre el extenso territorio que es Europa. Lo cual no fue tan complicado dado el como el mundo giraba en esos días; las personas se preocupana por otros asuntos así que en cuanto Jacob tuvo una oportunidad presente, la tomó enseguida sin dudar.
Había encontrado una cabaña que estaba rodeada de un espeso bosque, el clima era agradable y parecía bastante prometedor el quedarse ahí.
Claramente primero debía asegurarse de que la cabaña y sus alrededores estuvieran verdaderamente abandonados, porque era más que obvio que otras personas hubieran pensado lo que él y buscaran un sitio para establecerse, por lo que durante algunos días se mantuvo vigilando hasta que eventualmente creyó que suficiente había esperado ya. En cuanto se dispuso a quedarse ahí comenzó a inspeccionar la cabaña y se dio cuenta de que necesitaba algunas reparaciones pero nada que no pudiera manejar por si mismo, además de que eso le ayudaría a mantenerse ocupado y pasar el tiempo sin tener que pensar o recordar cosas que no quería.
Generalmente hablando el sitio era agradable, su nuevo hogar era amplio, lo suficiente para vivir cómodamente y mientras registraba todo se dio cuenta que tenía sótano. Primero se emocionó, pero después pensó que tal vez podría haber alguien ahí, así que con las armas que había traido consigo fue que bajó para ver que podía encontrar ahí abajo. En cuanto abrió la puerta un olor a encierro y húmeda lo golpeó, y conforme fue bajando se dio cuenta que una pequeña ventana iluminaba ese lúgubre lugar lo suficiente para no tropezar o que alguien lo tomara desprevenido; aunque para su sorpresa lo que había ahí eran herramientas, muebles viejos y un sin número de cosas que le ayudarían a poner en forma de nuevamente la cabaña.
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Into the Eternal Fire
Fiksi PenggemarUno siempre tiene la ferviente idea de que las cosas siempre son como uno imagina, pero cuando algo fuera de ese concepto sucede, siempre termina haciendo que uno reconsidere todo, de esa forma Jacob aprendió que nada debe darse por sentado y cosa d...