Final

4 1 0
                                    

Jacob no supo exactamente cuántos días habían transcurrido desde que hubo conocido el hogar de Dante, y no importaba lo mucho que lo observara o la cantidad de tiempo que pasara ahí, todo aquello no dejaba de maravillarle en lo más mínimo. Después de aquel día, las visitas de Jacob a ese lugar eran más frecuentes y se la pasaba de maravilla; tanto era así que incluso sentía que el tiempo ahora pasara de forma completamente diferente, como sí estuviera en otra realidad o algo parecido.

Cada día esperaba la llegada de su amigo, esperaba como un niño ansioso a que tocara la puerta o a verlo por la ventana, ya que sabía perfectamente que iba a ser un día de lo más divertido, toda una aventura. Pero cierto también era que no podía ser así siempre, como era costumbre, Dante a veces se iba por días a hacer sus asuntos, cosas que aún permanecían siento un completo misterio y que por más que Jacob quisiera preguntar, no lo hacía.

Tras una de esas largas, tediosas y aún más tortuosa espera, al fin Dante había vuelto. No era un secreto que Jacob estuvo pegado a la ventana y nada más verlo poner un pie fuera del bosque, Jacob ya estaba plantado junto a la puerta esperando a que Dante tocara para salir de inmediato. Debía de verse algo gracioso como un hombre adulto parecía un niño de 7 años emocionado por ir al parque o algo por el estilo. Fenrir por su parte miraba a su dueño con extrañeza, como si de alguna forma comprendiera lo que pasaba, pero no aprobaba de todo dicho comportamiento.

–Buenos días –dijo nada más abrió la puerta al escuchar el primer golpe.

–Buenos días, Jacob –respondió Dante con amabilidad y una sonrisa.

Por el camino era Jacob el que tomaba la delantera, ya sabía perfectamente cómo llegar, y siempre estaba impaciente. Dante por su parte no decía nada, sólo caminaba a paso tranquilo detrás de Jacob y Fenrir, asegurándose de que todo fuera bien y en orden. El día estaba tranquilo, fresco y agradable lo cual hacía esa caminata aún más amena y disfrutable.

En el trayecto, Jacob pensó que ya era tiempo de hacer algunas preguntas y esperar a ver si se respondían; esperaba que fuera así ya que suficiente tiempo había pasdo y creía que su amistad con Dante ahora era lo bastante sólida como para permitirse algo así.

Al llegar, ambos fueron directo al claro como era costumbre, ahí ya esperaba el desayuno que Dante había dejado listo como hacía siempre. Pero en esta ocasión, además de haber frutas frescas y bayas, también había un pequeño cuenco con un liquido color ámbar bastante intenso, Jacob al verlo de inmediato supo que era miel de abeja.
Al sentarse, Dante de inmediato tomó el cuenco y se lo ofreció a Jacob, el cual al tomarlo pudo percibir el dulce aroma de tan preciada sustancia. Tomando un pequeño fruto, lo sumergió en la miel y de inmediato se lo llevó a la boca.

–Wow… –fue lo único que dijo antes de repetir la acción.

Dante sonrió al ver eso, sabía que esa pequeña sorpresa le agradaría a Jacob, y la verdad fue que su suposición se quedó un poco corta con la reacción del joven inglés. Mientras Jacob seguía comiendo con entusiasmo, Dante lo miraba con tranquilo, de alguna forma hasta con fascinación y algo más, pero no sabía el qué.

–Gracias –dijo Jacob un poco apenado a sentir la mirada de Dante sobre él viéndolo comer así.

Por su parte, Fenrir los observaba a ambos de tanto en tanto mientras se entretenía mordiendo una rama de árbol que había encontrado por el camino; sin duda sabía que una extraña energía los rodeaba, nada malo ni mucho menos, pero algo sí demasiado palpable como para ser notado, al menos por él.

En ese momento, Jacob pensó en que debía comenzar con sus dudas y cuestionamientos, de cualquier forma, si Dante se negaba, al menos lo habría intentado. Así que tragando salva, tomó un poco de valor y volvió hablar.

Into the Eternal FireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora