Dean: Ya estoy afuera, ¿vamos andando o en coche?
Deja su móvil, termina de peinarse y bufa. Parece el mismísimo Rey León. Su pelo está increíblemente abultado.
-¡Mamá! ¡Dean está fuera! ¿Qué hago con mi pelo?- al instante su madre aparece en la puerta del cuarto de baño.
-Ponte un gorro- dice encogiéndose de hombros.
-Gracias, mami- dice con sarcasmo.
Abre su armario y se sorprende de que tiene demasiados gorros, y no le pega ninguno con la ropa que lleva. Pantalones de cuero negros ajustados y la blusa blanca de tirantes que le viene un poco grande. Aunque le gustaría que esos pantalones no dejaran ver tanto su silueta. Últimamente se ve con un poco de peso de más.
Sacude la cabeza y coge una bandana roja. Se la ata alrededor de la cabeza. Queda raro, pero bonito.
-Hola- saluda a Dean con dos besos cuando lo ve esperando en la puerta. El chico empieza a reír.
-¿Y eso?- dice señalando su frente y sabe que se refiere a su bandana. Refunfuña y esboza una falsa sonrisa.
-Anda calla y vámonos- se obliga a ser borde.
-Entonces, ¿vamos andando o en coche?
¡Es cierto! ¡Su mensaje! Se le ha olvidado contestarlo.
-Andando, mi madre no nos puede llevar- no le cuesta decir esa pequeña mentira. Quiere estar un rato a solas con él, antes de que lleguen con los demás, o las chicas del instituto se le echen encima.
-Pues venga- dice sonriendo y enseñando los dientes. A Chelsey le cuesta no ponerse nerviosa, aunque nunca le había pasado. Son amigos desde pequeños, eso no es normal, y ella sabe que las cosas se le están yendo de las manos.
El silencio del camino es bastante incómodo para ella, pero al parecer Dean está bastante relajado. De vez en cuando mira la hora en su móvil y lo vuelve a guardar. Y es ahí cuando Chelsey tiene que apartar corriendo la mirada. No quiere que le pille mirándolo.
-Estás roja- dice él riendo, y no sabe la causa de su risa, aunque posiblemente se haya dado cuenta de que está mirándolo.
-¿Qué?- pregunta haciéndose la tonta, como hace muchas veces cuando está nerviosa. Eso le causa gracia a Andrew.
-Nada- dice riendo el chico y ella se cruza de brazos y se adelanta un poco, pudiendo ver ya la puerta de su instituto. -¿Te has enfadado?
-Déjame- dice apartando la mirada cuando él la alcanza.
-Sólo lo hago para picarte- dice cogiéndola del brazo, y ella al instante nota un escalofrío recorrer su cuerpo. Recuerda las palabras de Emma:
Cuando notes cosas raras cuando estés con él, es cuando sabrás que te gusta.
Se queda helada.
No, no, no puede ser- piensa y nota una mano zarandeándola por los hombros. Agita la cabeza y de repente tiene unos ojos verdes delante de sus narices.
-¿Qué pasa?- pregunta perdida. No puede creer lo que acaba de pasarle.
-Te has quedado en babia, y tu cara está roja- dice llevando una mano a su mejilla -¡Estás ardiendo! ¿Seguro que no quieres volver?
Ella niega con la cabeza y siguen caminando. Intenta ignorar el hecho de que cuando Dean ha tocado su mejilla, ha notado como una corriente eléctrica pasaba por su cuerpo. Suena cliché y como en las novelas románticas, pero es verdad. Tiene que contárselo a Emma y a Ari.
Cuando entran todos los alumnos y seguramente invitados, están caminando, sentados o bailando mientras ocupan el patio. Hay música que sale de unos grandes altavoces y nada más entrar puede ver como Andrew está coqueteando con un grupo de chicas que, sabe perfectamente que son de primero de la ESO. Les saca cuatro o cinco años, pero no se lo va a decir, ya se apañará.
-¡Hola!- dice una eufórica Emma corriendo a abrazar a su amiga, que la recibe un poco sorprendida. ¿Y esa emoción? Decide que se lo preguntará cuando estén a solas. -Hola- le dice a Dean antes de ponerse de puntillas para darle dos besos.
De lejos ve a Ariana acercarse corriendo, y no pasan ni dos segundos cuando la tiene encima.
-Ari, yo también me alegro de verte- dice riendo y le da un beso en la mejilla.
-¿No están fuera Byron y Chad?- pregunta Emma.
-Pensé que estarían dentro- contesta la pelirroja frunciendo el ceño.
-¿Quiénes son esos?- pregunta Andrew.
-¡Dios, que susto! ¿Tú no estabas con las niñas de primero?- dice Chelsey riendo.
-Por eso mismo- dice obvio -Me he dado cuenta de que son de primero y he huido- resopla aliviado y eso le causa gracia a Ari -¿Qué es tan gracioso?
-Tú- dice riendo más fuerte y Andrew hace un puchero -No te enfades- dice ella haciendo otro puchero.
-Guerra de ternuritas- dice Chelsey olvidando por completo su nerviosismo y haciendo reír a los presentes.
Sólo quiere que llegue la noche para poder bailar y olvidarse un poco de Dean y de sus rayadas mentales.
Va a ser un día muy largo.
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Cómo enamorarse sin morir en el intento
RomanceConversaciones. Risas. Palabras. Encuentros. Amor. Amistad. Portada: RealitySuck