Cinco

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-¿John?- se escuchó la voz de Brian junto al sonido de pasos, indicando que estaba cerca -¿dónde estas?- cuestionaba mientras lentamente abría la puerta e introducía la cabeza en la habitación donde se encontraba el castaño, éste no le contestó por dos sencillas razones: primero, no le apetecía en lo más mínimo, sólo quería quedarse en cama como las  últimas 48 horas, y dos, aún estaba tan adolorido que incluso respirar era un martirio, así que realizar el esfuerzo para hablar simplemente era impensable.

Su manager ingresó completamente a la habitación, al verlo tumbado en la cama, rodeó la misma hasta estar al frente de él:

-¿pero... pero qué te pasó?- preguntó temeroso el hombre al percatarse del estado de su actor estrella, parecía un novillo lastimado, su rostro tenía sangre seca proveniente de su nariz, ceja y boca, su semblante era de dolor puro -¿quién te hizo esto?- se sentó con extremo cuidado a un lado de él, exactamente al borde de la cama -Lo mataré, juro que lo mataré con mis propias manos- Se levantó furioso y comenzó a caminar de un lado a otro -¿contesta John Winston Lennon? Fue por culpa de él ¿verdad? Te dije, te lo dije, no debiste ir a esa fiesta...- respiró profundo y se perdió en el baño, aún así se escuchaba refunfuñando a lo lejos, más pronto que tarde volvió con un botiquín en sus manos:
-tú y tus malditas obsesiones... ¿se pelearon? ¿Te golpeó? ¿Pero qué digo? ¿te mandó a golpear?- decía un poco más calmado, no tanto en realidad, mientras sacaba lo necesario para intentar limpiar las heridas -Esta bien, no me digas nada, pero necesito que te sientes, esa cara está hecha un desastre... y hoy hay junta con la productora...- John se quejó e intentó levantarse pero un extremo dolor del lado derecho de su cuerpo se lo impidió, atinando solo a tocarse en el lugar afectado y acostándose de nuevo, Epstein levantó una ceja pensativo:
-esto es más que unos golpes en la cara ¿cierto?- se le quedó viendo con esa mirada penetrante
-¿La productora? ¿Buenas noticias?- contestó ignorando la pregunta del hombre sentado a su lado
-No lo tengo muy claro... contestó seco -ahora dime ¿es más que unos golpes de borrachos?-
-sí, es más que sólo un par de golpes- contestó con mucho dolor mientras cerraba los ojos intentando canalizarlo -ese par de animales me golpearon hasta que se cansaron... creo tener al menos alguna costilla rota..- tomó aire lentamente pues le dolía en demasía cualquier mínimo esfuerzo
-antes de llamar al médico dime ¿fue él, por él, o algo relacionado con...
con él?-
-No judío, no, mi vida no gira en torno a él, ni siquiera estuve más de 10 minutos en su aburrida fiesta- mintió pues lo que menos necesitaba era un sermón, aún estaba intentando entender lo que sucedió, si movía alguna pieza mal, solo generaría más caos en su cabeza y... ¿corazón? Corazón no, el no era un marica, solo fue lo que bebió y consumió ese día, fue su sistema alterado el que actuó.
-bien- contestó sin mucha credibilidad y sacó su celular para contactar con el doctor.

...
A pesar de que Epstein se había opuesto a que Lennon saliera de su casa debido a su estado, si bien no estaba de gravedad, era claro que todo le dolía, sin embargo, el castaño se negó, la productora le había roto el contrato y ahora le hablaban, eso le interesaba.

-vamos cerdo, no pongas esa cara- decía John con el semblante más tranquilo, pues estaba hasta el tope de calmantes
-por suerte para todos sólo son dos costillas sumidas, un hombro lastimado, varios moretones  y un par de raspones- complementó antes de ingresar al edificio.
-Lennon no entiendes- decía Brian mientras detenía la puerta de cristal para que el otro ingresara, ambos lo hicieron:
-Rouse ¡buenos días! ¡Me alegra volver a verte! Sigues igual de hermosa...!- saludó con entusiasmo fingido el hombre de negocios, John se limitó a rodar los ojos y a quedarse callado, esos protocolos le exasperaban.
-señor Epstein, buenos días, y gracias por el cumplido- se sonrojó la recepcionista, pero ese gesto le duró poco, pues cuando fijó su mirada al actor se sorprendió, en los años que tenía trabajando para la empresa nunca había visto al castaño en esas circunstancias, pensó en comentar algo, deséarle que mejorara, pero el actor había sido un completo imbécil en el pasado, así que se abstuvo -la junta directiva los espera, por favor adelante- dijo sin quitarle la vista a John
-Gracias preciosa- contestó Brian y ambos entraron a la caja de metal que los llevaría al último piso, lugar de oficinas.
-los altos mandos te mandaron hablar, eso significa una cosa, quieren que vuelvas...- rompió el silencio el mayor de ambos
-¡eso es excelente!- dijo el castaño con gusto, mientas Epstein lo vio con preocupación -No veo las pegas, eso era lo que querías ¿no? Que saliera a trabajar-
-John ¿acaso no te ves? No puedes trabajar ¿cómo piensas rodar las escenas? Ni siquiera podrías hacerlo bien siendo tu el pasivo, te lastimarías...- bufó con desesperación, que los llamaran era buena señal, pero el estado de Lennon no ayudaba nada, el castaño se quedó pensativo pues su manager tenía razón 
-lo peor es, que no hay mucho que podamos hacer para acelerar tú recuperación, nos toca sentarnos y esperar- acabo diciendo Brian, pues en ese instante se abrió la puerta del ascensor.
-adelante, ya están todos reunidos, son los últimos en llegar- habló la secretaria sin levantar la vista del monitor de la computadora, era alguien nueva, o por lo menos lo era para el par recién llegado. Antes de abrir la puerta ambos suspiraron, pues sabían que quizás no vendría nada bueno.

Wash off my sinsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora