10 razones para amar a Ginny.

Razón número siete.

—Lo siento mucho— murmuro Harry sintiendo como la culpa lo carcomía por dentro, Fred había muerto por su culpa, el había lastimado a Ginny y eso no tenia perdón

—¿Por qué te disculpas? — pregunto la pelirroja sin mirarlo

—Por las muertes, por no haber destruido a Voldemort antes...— Ginny se levantó de la cama desafiante, las habitaciones eran de los pocos lugares que habían sido destruidos en el castillo

—¿Quieres oír que eres el culpable? Está bien, es tu culpa –una puñalada— ¿Quieres que vayamos a ver si Fred revivió?— Harry la miro sin comprender— ¡Harry aquí no hay culpables! ¡salvo Voldemort! ¡si todos pensáramos como tu, cada uno de los sobrevivientes tendría que suicidarse por no haber muerto con sus amigos o familiares!

—Pero tu...— ella no lloraba, ella se veía inquebrantable, como siempre y sintió ganas de gritarle que llorara, que se abrazara a él y que llorara todo lo que necesitaba llorar.

—¿Yo? Yo estoy destrozada porque perdí un hermano, porque Bill es casi un hombre lobo, porque George caerá en la depresión, porque mis padres no paran de llorar, porque no vi a Ron en casi un año...— Harry la abrazo con fuerza

—Llora— pidió, ella lo miro sin entender— Ginny, pocas personas conocen la muerte tanto como yo y sé que duele, pero no es necesario que seas siempre fuerte, no conmigo— ella se acurruco en el pecho del ojiverde

—¿Por qué me haces esto? – pregunto cuando unas lagrimas comenzaron a caer por sus mejillas.

—Porque si lo dejas dentro será un dolor insoportable— le susurro, acaricio su cabello pelirrojo.

—No es el momento para ser débil— murmuro con la voz ahogada por lagrimas.

—Sentir dolor no es debilidad Gin— corrigió él, abrazándola protectoramente.

—Si lo es— él se separo solo un poco para mirarla a los ojos, nunca había visto a Ginny llorar realmente, de esos llantos en que se te sale el alma y eso es lo que la pelirroja necesitaba.

—Aunque lo fuera, ¿Qué mejor momento para ser débil que ahora?— ella lo miro desconcertada.

—¿Por qué ahora?— pregunto con un hipido.

—Porque ahora puedes bajar la guardia, yo te cuido...— Ginny simplemente se quebró, comenzó a llorar como nunca la había visto llorar, pero a pesar de eso, el la veía mas fuerte que nunca, por el simple hecho de que tenia la fortaleza de confiar en el a pesar de tener le corazón roto, de que la había dejado sola, de todos los años que la había ignorado, ella simplemente lo amaba incondicionalmente y el le daría lo mismo

—Lo siento— se disculpó ella una hora después cuando se había tranquilizado completamente y seguía acurrucada entre los brazos de Harry

—No te disculpes— ella le dedico una pequeña sonrisa

—Debo estar horrible— él sonrió y le acaricio la mejilla húmeda

—Eres hermosa— las palabras salieron de su boca sin pensarlas y Ginny se acerco para quedar a milímetros de cara

—¿Quieres hacerme feliz?— pregunto la pelirroja en un murmuro apenas audible

—Mas que cualquier otra cosa— cada vez que hablaba sus labios rozaban a penas los de Ginny generándole escalofríos

—Entonces quédate— pidió ella.

—¿A dormir?— pregunto sin comprender del todo.

—Quédate conmigo...para siempre, no más escapes ni muertes— Harry por primera vez en su vida se sintió capaz de prometerle un futuro.

—Para siempre— respondió antes de besarla por primera vez en meses, había extrañado tanto besarla, la quería tanto— sabes que nunca te hubiese dejado si no fuera por todo lo que sucedió, solo quería protegerte

—Qué manera dolorosa de protegerme— aunque no lo quería su voz salió con un leve reproche

—Mas doloroso habría sido perderte, eres lo mejor que me paso Ginny...yo no lo hubiese soportado, no tu— ella lo beso

—ya paso todo, estamos aquí juntos y nada va a cambiarlo— Harry sonrió mientras Ginny volvía a enconder su cara en el hueco de su hombro, todo el mundo estaba en caos, pero por primera vez en su vida, Harry sintió que las cosas iban tomando su lugar.