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2 semanas pasaron desde entonces.

Jimin no volvió a dirigirle la palabra a Taehyung, a este no le importaba si llegaba a hablarle o no; ni siquiera le importaba si no llegara a ser amado por alguien porque mientras se tuviera a sí mismo en sus sentidos de pensar, estaba bien.

Contrario a eso, volvió a verse con Jungkook. Ciertamente le causaba una leve curiosidad el de mechas azules. No creía que alguien pudiera pensar justo igual que él y que estén en el mismo frasco de inspiración mutua. Salvo a que ninguno de los dos quería admitirlo.

Jin había invitado a Taehyung al club en la noche solo para que los escucharan cantar, ya que Jungkook no se dignaba en invitarlo así que lo hizo él. Sin objeciones lo aceptó.

Y aquí teníamos a un pacifista en todos los sentidos en un club nocturno donde la música ruidosa era lo tan llamado "sagrado".

La música resonaba por todo el club, retumbando las paredes incluso desde afuera por el gran sonido que hacían. La guitarra sonaba a la misma par que el canto de Jin, igual que la batería que hacía bailar a cualquiera.

Pero Taehyung solo estaba inmóvil por tal espectáculo. Inconscientemente comenzaba a mover sus dedos siguiendo el sonido. Debía admitir que le gustaba.

La canción terminó dejando las cuerdas de la guitarra al aire, chocando entre estas hasta que el silencio ganó en el lugar, y no fue hasta pocos segundos después que los gritos se apoderaron del club.

El peliazul decidió pedir una botella de agua por la resequedad en su garganta, casi se atragantaba cuando escuchó unos gritos que venían de la tarima.

Cuando giró, la multitud estaba frente a la tarima, rodeando al parecer a alguien, pero lo más extraño es que no había nadie arriba de la tarima.

Curioso por saber qué ocurría fue acercándose hasta escuchar sonidos de golpes, con más prisa apartó a las personas hasta poder ver lo que ocurría.

Se llevó una gran sorpresa al ver cómo Jungkook estaba pegándole a alguien.

Yoongi y Namjoon intentaban alejarlo de aquella persona, pero fue una misión fallida porque volvió a pegarle en la mejilla como último golpe.

—¡Eres un niño malcriado! ¿De verdad que estos fanáticos adoran a personas como tú? ¡Solo son unas basuras que no saben de la vida! —comentó el agredido.

—¿Basuras que no saben de la vida?¡Simplemente tocamos como queremos y hacemos llegar nuestra música! En cambio, usted, insulta a los que sí tienen progreso en la vida.

—¿¡Me llamaste un adulto sin futuro, mocoso que ni sabe admitir la verdad!?

—Cálmanse. Señor, será mejor que se vaya —intentó calmar Jin—

—¡Usted sabe que es verdad! Es un adulto problemático que se la pasa bebiendo todos los días en vez de acudir a sus responsabilidades —contraatacó Jungkook.

—Jungkook, ya basta. No lo provoques —Namjoon lo jaló hacia él.

Sin más preámbulos y tras una mala mirada de parte del señor, este pasó por el lado de Tae. El peliazul estuvo dispuesto a ir con los chicos, sin embargo, giró abruptamente al escuchar sonidos de materiales caídos.

Aquel señor estaba hurgando entre sus cosas hasta que sacó su cuaderno de dibujos. Con rapidez y sin pensarlo mucho fue hacia él.

—Señor, eso es de mi pertenencia.

—¿Dices que estos dibujos son de tu pertenencia? —bufó—. Alguien con apariencia como tú, no podría hacer esto.

En pocas palabras: era un señor problemático. Y lo que era problemático, Taehyung prefería evitarlo, y ahora especialmente, no podía.

Stay; KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora