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La infancia de Taehyung fue buena, pero no tanto ya que eran más los momentos neutros que los buenos con "amigos".

Su familia era muy unida, tanto de su abuela paterna como de sus hermanos pequeños y padres. Si había un problema, sabían cómo solucionarlo todos juntos.

O eso querían pensar.

Desde siempre Taehyung fue un prodigio en el arte, no fue heredado de ningún familiar, simplemnete: ocurrió.

Debido a eso, tuvo muchos compañeros en donde le pedían favores. Tales favores eran: hacerle un retrato y no ponerle su firma, para que todos crean que fue esa persona y no Taehyung quien lo hizo. Sin dar los créditos, o din decir un "gracias."

Lo dejaba pasar porque pensaba: "son mis amigos, debo de hacerlo por ellos."

Pedían, pedían, exigían, obligaban, volvían a pedir y Taehyung nunca supo como decir un no ante sus peticiones. No se sentía acorralado. Aún con todo eso, sabía que estaba mal.

—Escucha, TaeTae; hacer favores está bien, pero no debes de seguir dando cuando ves que te están utilizando.

—¿Y que haré, abuela?

El pequeño Tae estaba sentado en el regazo de su abuela mientras que esta acariciaba su cabeza. De una forma u otra, se sentía protegido.

Los verdaderos amigos llegarán cuando no sean falsos. Sólo espera, ten paciencia y verás como todo llega.

Palabras muy sabias porque así todo fue y todo fluyó.

Dejó de tener amigos. Era antisocial, estando casi a la misma par de ser asocial. No le gustaba estar rodeado de personas porque sentía que todos pensaban igual. Que todos juzgaban por hacer tal cosa, o que siempre te pedían indirectamente para que lo des de gratis.

Y así fue como Kim Taehyung empezó a trabajar por comisión.

Lo hacía porque le gustaba al igual que por necesidad, aunque no ganara tanto.

Ahora pensaba, ¿estaba bien desconfiar de todos solo por un pasado en donde fui utilizado y menospreciado? Uno en donde no tuvo casi niñez por alejarse de todos, por esa y muchas razones más.

¿Estaba bien ser así? ¿Estaba bien seguir con esa barrera?

Mientras seguía cuestionandose eso, un intruso, o mejor dicho: varios intrusos, habían llegado a su vida.

Jimin fue el primero. Lo conoció en su primer año universitario y pensaba que sería alguien egocéntrico que sólo le importaba la fama. Pero la cosa no fue así.

Gracias a Jimin conoció a Jungkook. Un chico a quien pensaba también que sólo era un doble cara, quien trataba amable a sus fans solo para obtener aprobación.

Estaba totalmente errado, equivocado por pensar que todos serían iguales, actuarían iguales, o siquiera exigir y pedir sin agradecer, disculparse o sin dar nada a cambio.

Ellos simplemente le hacían ver que aún había una pequeña esperanza de confiar en los demás y que tenían aún humanidad.

Al igual que gracias a su abuela, quien le decía: "no te preocupes en conseguir amigos, los buenos llegarán, los malos se irán", justo ahora creía que estaba en ese momento de "los buenos llegarán."

No perdía ningún amigo, solamente se había dado cuenta de que nunca tuvo uno.

Quería confiar tal como esas personas lo hacían con él, y todo era un proceso, por lo tanto, Tae debía ser paciente y no emocionarse rápidamente.

Stay; KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora