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La colisión entre dos mundos diferentes, solo podría decir una cosa: un encuentro muy violento.

¿Qué pasaría si en vez de ser violento, sea pasivo y tranquilo? Una verdad para muchos, una realidad para Jeon Jungkook y Kim Taehyung. Porque si bien son de dos mundos diferentes, ¿qué impedía que estuvieran juntos?

La pista de fondo había empezado y con eso, las luces de diferentes colores bailaban sobre ellos y la multitud. La voz de Jungkook era melodiosa, cada quien podría sentir una relajación extrema con tan sólo pocas frases que te hacían sentir como si estuvieras en el cielo.

Habían varias frases que Taehyung reconocía, y más era el verso de Namjoon; su rap.

Por alguna razón se sentía identificado al igual que un pequeño nudo en la garganta iba formándose.

Todo fue mágico. Desde la combinación de sus voces hasta la música que como Jungkook había dicho antes, era electrónica. Los sentimientos encontrados no se hicieron esperar, eso implicaba que de un vistazo rápido, Jungkook fijara su mirada en Taehyung sentado al lado de la barra. Habían chocado miradas, y su pecho exclamaba alegría en formas diferentes.

La sonrisa de Tae era amplia, provocando aún más la sonrisa de Jungkook.

Ya no tenía dudas sobre sus sentimientos. Estaba seguro de lo que sentía con cierta persona por muy apresurado que se vea todo.

Estaba bien ser sincero con las personas, ¿no?

Sí, está bien ser sincero con las personas aunque sea una vez en su vida. Pero no sería tan solo una vez, serían muchas las veces en las que la sinceridad ganaría en cualquier caso.

{...}

Finalmente la canción terminó, procediendo a empezar otra aún más ruidosa que causó completa molestia en él.

La música de los chicos es mejor —pensó.

Taehyung caminó entre la multitud, chocando con las personas y logró llegar a los bastidores donde el guardia de seguridad le permitió la entrada. Pasó unas cuantas puertas hasta poder llegar finalmente a una en donde decía el nombre de la banda de los chicos.

Inhaló profundamente antes de tocar el pomo de la puerta hasta girarlo y poder abrir lentamente la puerta.

Las ansias no era algo que el peliazul sentía con frecuencias. En este momento, podría asegurar que no sabía que sentir o hacer: si ir al baño por el dolor de estómago o si quedarse como estatua y no actuar debidamente.

Mordió sus labios para intentar calmarse aunque muy poco funcionó, y con suficiente valor, abrió la puerta.

Frente a él se encontraba Jungkook quien hablaba animadamente con Yoongi, quien al ver a Tae le sonrió. Jin apareció de otra puerta y on rapidez se acercó al peliazul.

—¿Te gustó? —le preguntó y este asintió—. Más vale que así fuera, no sabes cuantas veces me salieron gallos por el resfriado en el ensayo —sorbió su nariz—. Los espero en la camioneta.

—Tae, ¿vienes con nosotros a un restaurante? —le preguntó Nam mientras cargaba el estuche de su guitarra en el hombro. Sin dudar aceptó—

Namjoon y Yoongi salieron juntos, sin embargo, este último le susurró unas palabras que provocaron la rigidez en Jungkook.

Como si fuera la primera vez que estuvieran solos, el silencio no se hizo esperar. Uno de los dos debía decir algo o siquiera mover un dedo.

En este momento, Taehyung no tenía palabras que comentar. Y en este momento, Jungkook no tenía idea ni por dónde comenzar.

Stay; KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora