Un Alma Atribulada

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Carlie Cooper empezó a correr por las calles de la ciudad.

Estas se encontraban en llamas, mientras los Duendes voladores comenzaban a destruir todo lo que ellos veían.

Las personas huían despavoridas, empujándose y atropellándose entre sí, mientras Duendes monstruosos las mataban o se las llevaban lejos.

Cooper solo cerraba los ojos, mientras no se detenía por nada o por nadie.

Así fue como llegó a Times Square, donde vio como las grandes pantallas de los edificios se caían al suelo, estallando y destruyendo grandes cosas.

Ella siguió. No sabía a donde iba, pero seguía corriendo.

Pero, de pronto, tropezó y cayó al suelo.

Al intentar levantarse, un Duende enorme apareció entre el fuego y trató de golpear a Carlie.

La oficial cerró los ojos, lista para unirse a las pilas de cuerpos que se empezaban a amontonar por las calles.

Pero el golpe nunca llegó a darle.

— ¿Estás bien? — le preguntó una persona enfrente suyo.

Un escudo.

Rojo y azul, con una estrella en el medio. Era el "nuevo" Capitán America.

— ¡Falcon! — gritó Carlie al verlo, sorprendida.

— De hecho, ahora soy Capitán América — dijo Sam, volteando a ver al Duende.

Este ser mutado trató de volver a golpearlos, pero Wilson le lanzó su escudo a la cara, provocando que este se distrajera. Cuando el escudo volvió a sus manos, se deslizó por el piso y pateó una de las piernas del Duende, cayendo al suelo.

Sam lanzó su escudo a la cabeza del ser, dejándolo inconsciente.

— No debería de estar aquí — dijo el Capitán — La ciudad está en llamas, por si no te enteraste.

— Lo sé, pero tengo que hablar con el Hombre Araña — dijo, sacando la memoria usb — Tengo información que podría ayudarnos a detener todo esto.

— ¿Y quieres dárselo a ese niño hablador? — preguntó el héroe.

— Él es el único que podrá derrotar al Duende Verde — dijo Carlie — Yo sé que lo hará.

Sam solo agachó la cabeza por un momento.

— Bien, buscaré a ese chico — dijo — Pero primero, te pondré en un lugar seguro.

Ambos empezaron a correr, evitando a todos los Duendes que habían alrededor.

***

Octavius saltó y golpeó uno de los Duendes antes de que pudiera atacar a una de las mujeres en el techo. El criminal se levantó y trató de partir en dos al héroe, pero este esquivó saltando y disparó sus redes en las manos del Duende, envolviéndolas.

Este intento liberarse, pero Otto lo pateó, provocando que cayera del edificio, hasta el pavimento de las calles.

— Eso estuvo cerca... — dijo Octavius, suspirando — ¿Están todos bien?

Las personas asintieron, temblorosas.

Todos están muy bien, Araña — dijo una voz, a través del comunicador.

— ¿Quién eres? — preguntó Otto, saltando — ¿Cómo obtuviste el número?

Por favor, soy yo — dijo el Duende — Y he podido descifrar cada pequeña cosa sobre ti, Octavius. Bueno, todo excepto lo que está en tu pequeña cabeza, en este momento...

Spider-Man │ THE SUPERIOR SPIDER-MANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora