Lágrimas, sonrisas y... ¿un rodillo?

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Gritos se escuchaban alrededor. Llantos de los niños mezclados con lamentos de los adultos.

"Según las autoridades, se debe a un ataque terrorista. No se sabe con exactitud la cantidad de personas fallecidas y los casos de desaparición siguen aumentando, entre los desparecidos se encuentran el señor Choi, presidente de la compañía Heaven, al igual que uno de sus guardaespaldas Lee TaeMin. Choi MinHo, hijo del reconocido empresario se encuentra hospitalizado debido a varias fracturas al haber protegido a un pequeño niño de 10 años.

Agradezco al joven Choi por haber salvado la vida de mi hijo, espero su pronta recuperación y que su padre se encuentre sano y salvo, también rezo por que los responsables de este acto sean encontrados y paguen como la ley lo dicta.

Esas fueron las palabras del señor Jung, gran amigo del empresario Choi. Se esperan aclaraciones del cuerpo de bomberos y policía..."

JungWoo se encontraba asustado a tal punto de que no podía mover uno solo de sus músculos, mientras que la persona que se paseaba de un lado a otro en la habitación disfrutaba verlo de ese modo. Pudo sentir cómo se acercaba por detrás para susurrarle al oído algo que no quería escuchar, negó varias veces con la cabeza, mientras su voz se quebraba y repetía no.

- Hermano... hermano... hermano, perdón – decía, halando unos mechones de su cabello, lágrimas rodando por sus mejillas – hermano... dime que no es cierto ¡dime que no es cierto! ¡No puede ser cierto! ¡Hermano! – trató de escapar, pero unos brazos lo rodearon fuertemente, lanzándolo al piso momentos después.

- Te lo dije, pero no quisiste escucharme. Ahora sufre. – salió junto a sus hombres de la habitación, cerrando con llave una vez más esa puerta.

- Déjame salir... ¡Déjame salir! ¡Hermano! ¡Hermano, déjame salir! No puede estar muerto ¡No lo creo! ¡NOOOOOOOOOOO! – golpeaba la puerta constantemente. Temblores tras temblores golpeaban su cuerpo antes de vomitar.

- Eres patético – dijo detrás de la puerta, escuchando a su hermano. Se alejó para entrar a su despacho y hacer una llamada.

Todas las veces que JungWoo había metido a su hermano en problemas por sus caprichos no traían resultados como estos, pero como dicen, para todo hay una primera vez. Y gracias a ello, su hermano ya no estaba. Lágrimas mojaban todo su rostro, mientras las palabras de su otro hermano resonaban en sus oídos una y otra vez destrozando sus emociones, convirtiéndolo en nada más que nada.

- ¡Hermano! – decía un JungWoo de 12 años – ¡mira lo que encontré! – mostró un pequeño gatito que había escondido entre su chamarra.

- ¿De dónde lo has sacado Woo-ssi? – preguntó asombrado.

- Había un grupo de perros que estuvieron a punto de matarlo, y no pude evitar salvarlo – contó – me hizo recordar a cuando papá Adam y papá JinKi nos salvaron de aquel grupo de personas malvadas.

- ¿Lo has hecho tu solo? – el otro asintió - ¿Qué hiciste para ahuyentar a los perros?

- ...No los ahuyenté... ¡Vienen detrás de mí! – gritó y comenzó a correr, escondiendo una vez más al pequeño gatito en su chamarra - ¡Corre hermano! ¡Nos van a morder si seguimos aquí! – reía mientras escapaba de aquellos perros.

- ¡JungWoo! ¡Voy a matarte cuando lleguemos a casa! – comenzó a seguirlo.


Adam se consideraba a sí mismo como un padre grandioso, así que cuando se fijó que dos de sus hijos entraban a la casa si aliento, no pudo evitar acercarse y comprender qué había pasado. Los dos niños reían mientras se desplomaban en la grama, luciendo como si hubieran hecho una gran hazaña. Padre e hijos se vieron por un momento, y en un entendimiento tácito, los tres mantuvieron silencio por unos cuantos minutos.

secrets (2min)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora