Demonio

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Tres disparos certeros y un cuerpo inerte cayendo al pavimento hicieron sacarle una sonrisa de satisfacción y alivio. Su guardaespaldas era muy bueno para la defensa personal y las peleas con armas blancas y de fuego. Y bueno, no era por presumir, pero ese era su novio. Hizo un excelente movimiento al elegirlo de entre todos los guardaespaldas que estaban en busca de ese trabajo. ¿Y por qué no decirlo? También era buenísimo a la hora de tener sexo.

Y de tan sólo imaginarlo, su entrepierna empezó a despertar pidiendo por un poco de atención. Lo malo, es que estaba en medio de la vía pública tratando de mantener a salvo una vez más su pellejo. Y no era que no sabía sobre defensa personal o algo por el estilo. De hecho, era igual de bueno que su novio para defenderse, la única diferencia es, que a la hora de tener un arma de fuego en las manos, él se aprovechaba y no podía controlarse hasta ver a todos bien muertos. Pero claro, ese es un secreto que sólo su padre y él sabían. Y no es que TaeMin fuese alguien malo. De hecho, era muy bondadoso para su gusto y eso hacía que no confiara tanto en él. Además, estaba ese otro temita por el cual lo había escogido desde un principio sin darle tantas vueltas al asunto. Aún podía recordar el día en que le había preguntado el por qué lo había escogido tan rápido, dándole la respuesta más cursi que le pudo dar: "Porque me gustaste desde el primer momento en que te vi."

Y es que sí, le había gustado. ¿Por qué negarlo? Le gustó su mirada inocente y tímida, ésa misma mirada que se vuelve dura y salvaje a la hora de pelear. ¿Y qué decir de su cuerpo? Tan menudo a la vista de los demás, pero tan fuerte y macizo a la hora de cargarlo a lo koala y metérsela bien duro empotrado a una pared. Y demonios, lo que no quería que pasara está sucediendo.

Encontró un auto aparcado a tres metros de distancia y corrió hacia él, escondiéndose de la vista de todos para poder hacer lo que tenía pensado. Y es que... nadie podía culparle después de todo era humano, el simple hecho de recordar escenas de pasión desenfrenada mezclado con la adrenalina del momento le hicieron tener una erección que si no la trataba en ese instante, le dolería y se golpearía mentalmente por no haber jugado un poco.

Tiró la cabeza hacia atrás mientras aumentaba el movimiento de su mano. Sentía el clímax aproximarse y...

- Joder. Con tan sólo verte ya me provocaste una erección. – dijo alguien detrás, por lo que una sonrisa lujuriosa se formaba en sus labios.

- ¿Quieres unirte? No me vendría mal una ayudita.

- ¿Estás tentándome? Te he advertido varias veces que no provoques a mi demonio interno.

- Pues tu demonio también puede unirse. Un trío no me vendría nada mal. ¿No crees que sería más excitante? – sonrió. – de tan sólo imaginarlo... ¡Ah! TaeMin te necesito dentro.

- Diablos MinHo. No hagas esto en la calle. No hagas que te desnude y te someta debajo de mí.

- ¿Es que acaso no crees que sería delicioso? Tener varios ojos sobre nosotros mientras lo estamos haciendo sería genial. Y quién sabe, tal vez y de paso alguien se nos una... - y todo acabó ahí. La mirada de TaeMin se ensombreció y desprendió un aura oscura. Fue en ese entonces que MinHo se dio cuenta que lo que había dicho realmente despertó al demonio y no pudo evitar estremecerse por completo, toda la excitación que sentía se transformó en inquietud y algo de miedo.

- Sube al auto. Ahora. – ordenó, claramente molesto. Sin dar paso a segundas opiniones. Y él como buen chico, no objetó en nada.

Sinceramente no sabía exactamente hacia donde se dirigían, tomando en cuenta que ya se habían pasado el edificio en donde trabajaban y se estaban adentrando en una zona poco concurrida, pero sumamente limpia.

secrets (2min)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora