Día 2.

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Estuve pensando en mi granja todo el día. A pesar de haber ocupado toda la tarde y parte de la noche en el juego, tuve problemas para dormir porque no podía pensar en otra cosa. Esto continuó el día de hoy mientras me encontraba en mi trabajo, al punto que casi no lograba concentrarme. Sólo deseaba regresar a casa, encender la computadora y sumergirme en los quehaceres de mi nueva granja. Así, a pesar de que ya tenía en mente utilizar la noche para realizar otras tareas que tenía pendientes, dejé todo a un lado y regresé a mi aventura. Ya encontraría la manera de reacomodar mi horario. Por lo pronto, debía usar mi concentración en prepararme para el cambio de estación.

Utilicé gran parte de mis ingresos para comprar melones cuando comenzó el verano, pues alguna vez había escuchado que era el mejor cultivo de la temporada. Para el día 3, un terremoto abrió el paso hacia las vías de tren. También visité el spa que se encontraba en esa misma zona, donde mi personaje aprovechó para lucir su traje de baño. Asimismo, utilicé mis ahorros para comprar un corral y mejorar mis herramientas.

A decir verdad, me encontraba orgulloso de lo mucho que había avanzado hasta el momento, a pesar de ser consciente de que todavía me faltaba mucho por obtener. Otra peculiaridad de ese día fue recibir una petición por parte del alcalde para buscar sus calzoncillos morados. Cualquier persona en su sano juicio preferiría realizar esa búsqueda por cuenta propia y en total discreción, pero nunca pidiéndole al nuevo habitante del pueblo que lo haga por nosotros. En fin, supongo que algún día aparecerán.

Unos días después, cayó un meteorito en mi granja, justo al lado de mis cultivos, lo cual podría parecer de buena suerte, pero ahora no puedo usar esa zona para plantar más semillas y al parecer no lo podré quitar hasta tener un pico de mejor calidad. Para el día 11 de verano asistí al Luau, llevando una fresa para colocar en la sopa, según las instrucciones que había recibido con anterioridad. No me imagino el sabor que pudo tener aquello al ser una mezcla de ingredientes desconocidos que todos en el pueblo aportaron, pero tal parece que les gustó y recibí puntos de amistad con todos los aldeanos.

Por cierto, en relación a lo anterior, me he enfocado en avanzar mi relación con Leah. De todos los solteros disponibles, ella es la más agradable y simpática, y además, siempre me han interesado las personas con habilidades artísticas. Hasta el momento, le sugerí realizar una presentación de su arte en el pueblo, y luego me enteré que tuvo una relación sentimental muy importante en el pasado.

Al comenzar la tercera semana de verano, el cansancio me consumía y comenzaba a sentir sueño. Sin embargo, cuando entré a la cabaña y me acosté a dormir para finalizar la sesión de juego, escuché un sonido extraño, como sacado de una película de ciencia ficción. La curiosidad pudo más que mi agotamiento y decidí averiguar si algo había sucedido en mi granja, pues recordaba que algo similar sucedió con el meteorito. Finalmente lo encontré. Era una especie de objeto cilíndrico de color azul, como un vaso o recipiente de vidrio. Al ver que no sucedía nada, lo recogí con mi hacha. Se llamaba "Cápsula extraña", y en su descripción ponía que dentro de ella había algo flotando en un fluido. Confieso que no lo había notado, pero era cierto. No era posible determinar de qué se trataba exactamente. La volví a colocar en el suelo, esperando que algo sucediera, pero no pasó nada. ¿Qué era aquello? Además, me pareció curioso que lo encontrara directamente frente al altar del abuelo, en la zona donde aún había concreto. Una vez más, lo recogí y lo llevé a mi cabaña, donde lo puse en una esquina para no perderlo de vista. Así, luego de haber ocupado un par de horas en esta pequeña investigación, decidí completar el día, y, luego de enviar a mi granjero a dormir, cerré el juego. 

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