Día 8.

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Hoy decidí reportarme enfermo en el trabajo. A decir verdad, de cierta manera lo estaba. Desde que desperté, no podía dejar de pensar en aquel gruñido, en la figura oscura, y en ese túnel, ajenos a todo lo que representa el juego. Lo peor de todo era que tuve el mismo sueño que la otra noche, sólo que, en esta ocasión, las paredes de la habitación estaban pintadas de negro, y parecía que la pintura no había terminado de secarse. Ya no estaba la cama, tampoco el televisor. Me encontraba solo en un cuarto oscuro, lúgubre y ciertamente espeluznante. La puerta que atravesé la vez anterior estaba abierta. Caminé hacia ella y salí. El mismo ambiente sombrío y repleto de muerte y putrefacción cubría mi granja. Mientras contemplaba aquella escena, tuve la consciencia de que, lo siguiente que sucedería, sería escuchar a aquel ser murmurar a mis espaldas, y luego diría mi nombre. Esperé a que su voz hiciera eco nuevamente en las paredes de mi habitación. Sin embargo, esta vez entendí las palabras que susurraba:

<<Por fin escapé. Ahora estoy dentro>>.

Después de esto, silencio. No pronunció mi nombre. Tampoco desperté de la pesadilla. Me quedé estático durante lo que pareció una eternidad, hasta que por fin tuve la capacidad de voltear para mirar dentro.

En un rincón de la habitación estaba aquella criatura.

Pasé todo el día pensando en mi pesadilla. Intenté retomar las responsabilidades que había abandonado desde que comencé a jugar Stardew Valley. Sin embargo, no lograba concentrarme. Tampoco pude comer. Titubeaba cada vez que tenía que abrir una puerta en mi propia casa, como si temiera que, tras abrir alguna, estuviera aquella criatura al otro lado, observándome desde un rincón.

Así fue como, pesar de la mala experiencia de la noche anterior y de mi pesadilla, la urgencia de regresar al juego fue mayor, por lo que encendí mi computadora. Las ideas en mi mente se movían como gotas de lluvia en medio de una tormenta, a merced del viento, buscando una explicación para lo que estaba sucediendo.

—Quizá es algo normal. —murmuré.

Escucharme decir estas palabras ayudó a que una idea comenzara a tomar forma dentro de mí, esto a medida que observaba cómo el juego iniciaba en la pantalla de mi computadora y saltaba el título, iluminando mi habitación, la cual ya se encontraba sepultada en la penumbra de la noche. Continué con mi razonamiento. Debía tratarse de una mecánica intencional por parte del creador de Stardew Valley. Algo como un secreto, "huevo de pascua", o evento sumamente extraño que tuve la suerte de presenciar. De ser así, mi miedo surgió debido a la oscuridad de la noche. O por la culpa que sentía por dejar de lado mis responsabilidades. Incluso por la extraña coincidencia que existió al haber un apagón precisamente en el momento en que estaba sucediendo todo aquello.

Por fin, tomé el control de mi personaje y salí de la cabaña. Todo parecía normal. Allí estaban mis animales comiendo la hierba que había surgido al comenzar la primavera. Revisé mis cofres y todos los rincones de la granja, pero nada parecía haber cambiado. Entonces noté algo inusual. Era el día 3 de primavera. Lo correcto sería que fuera el día 2. Por alguna razón, el juego había saltado un día. Este hecho me hizo darme cuenta que aún debía revisar el túnel, pues era el lugar donde sucedieron las cosas más extrañas. Tomé aliento y me dirigí allí. Al entrar noté que todo había vuelto a la normalidad. Las luces seguían iluminando pequeños sectores de la pared y la carretera, y la barandilla estaba en su sitio, impidiendo avanzar lejos. Suspiré para tranquilizarme. Quizá lo peor ya había pasado, hasta era posible que haya imaginado parte de lo ocurrido.

Regresé a mi granja y retomé mis labores. Removí las rocas, troncos y hierbajos que habían surgido al cambiar de estación. Ordeñé a las cabras y las vacas, recogí los huevos de las gallinas y los patos. Fue en ese momento cuando noté que mis animales daban el mensaje de estar nerviosos. Los conté para revisar si alguno había sido atacado por un animal salvaje durante la noche, pero ninguno había desaparecido. Supuse que se sentían tristes por haberlos ignorado un día, aunque no tenía sentido que se sintieran intranquilos. Luego de ello, alisté una zona para los cultivos de primavera. Ahora que tenía aspersores, una mejor regadera y una barra de energía más grande, podría sembrar más semillas que al principio de mi partida. Así que, al terminar, me dirigí a la tienda. Entré y me acerqué al mostrador.

La Sombra De Stardew ValleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora