Los primeros días despues de llegar a casa fueron extraños. Tenía que acostumbrarme al que sería mi nuevo hogar, ir perdiéndole el miedo a mis dueños humanos e investigar mi nuevo territorio. He de decir que los humanos adultos pasaban bastante de mi, me dejaban tranquilo, pero con los niños... Madre mia, que mal me lo hicieron pasar. Sobre todo al principio, cuando yo quería estar tranquilo para irme acostumbrando a mi nueva vida, ellos no hacían más que perseguirme, tirarme del rabo y hacerme caricias demasiado... efusivas. De hecho, dolían bastante. Por eso, el segundo día de llegar a la casa, mordí al niño humano macho, que era el más joven y que más tarde descubrí que se llamaba Mario. Sus padres, Julia y Javier, al verle llorar (exageró mucho, solo fue un pequeño mordisquito sin sangre ni nada), vinieron hacia mi, me pegaron, me castigaron y usaron el peor instrumento que he tenido que sufrir en mi vida: el bozal.
Pasados esos dos o tres primeros días de estar perdido, desorientado y asustado, fui descubriendo partes de la casa y fui descubriendo que los Mario y su hermana Paula solo querían jugar conmigo, querían ser mis amigos.
Pronto me enseñaron a hacer trucos. Mi favorito era el de perseguir la pelota, aunque el de abrir la puerta o el de hacerme el muerto también era divertidos, y años más tarde me fueron muy útiles, aunque mejor no adelantemos acontecimientos.
También, poco tiempo después, volvieron a llevarme a el sitio del que me rescataron. Mis hermanos ya no estaban allí en la caja, pero me encontré con uno de ellos en el veterinario y me puse muy contento de volver a verle y de saber que estaba bien. Pero el sitio en el que nos encontramos ya no me gustó tanto. El veterinario. De verdad que jamás habrá sitio que odie más que el veterinario. Otra vez me hicieron pruebas, me dieron una pastilla asquerosa que no me dejaron escupir y me pincharon. Pero esa vez fue distinta. Sali del veterinario feliz, porque el veterinario dijo las palabras más bonitas que he escuchado en mi vida: "Jake ya puede salir a la calle".
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No me dejes solo
Ficción GeneralHistoria sobre un perro adorable al que sus dueños abandonan. A partir de ahí, tiene que buscarse la vida solo... Y buscarse la vida solo nunca es fácil.