Capítulo 5

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Hoy mi mente se siente más lúcida, despejada

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Hoy mi mente se siente más lúcida, despejada. Estoy nuevamente recostado en el sofá de la sala, es el único lugar donde me apetece estar. Me he tomado de buena gana que mis manos no puedan tocarte hoy tampoco, a pesar de que palpan cuanto hay en la casa. No me ha sorprendido siquiera la imperante realidad de que cada vez son menos las cosas que soy capaz de tocar, no es que me interese, sería frustrante saber que eres lo único que no puedo estrechar entre mis brazos. Sin embargo, ¿qué pasa si esto continúa? ¿Qué pasa si me desvanezco y no puedo volver a verte?

—Eso no sucederá, no permitiré que suceda. Haré lo que sea necesario… No me alejaré de tu lado, tengo que protegerte.

Quizá pueda aprovechar la lucidez y relajación de mi mente y recordar algo, o al menos pensar en qué hacer para cambiar mi desvanecimiento inminente.

Comienzo a remontar mis memorias hasta el día en que nos conocimos, en aquel puente donde te encontré a punto de arrebatarte la vida. Impedírtelo fue mi tarea del día, y lo conseguí. Que mis palabras te hicieran bajarte de ese fino borde, abrazarme y llorar desconsoladamente entre mis brazos fue algo que estremeció mi corazón. Nunca pensé que lograría salvar a alguien; todo un logro para quien era casi un niño. Para mi sorpresa, fue bastante sencillo que congeniáramos. Me alegró que nos volviéramos amigos sinceros y que no fuese el agradecimiento y el compromiso lo que te hizo permanecer a mi lado.

Mis pensamientos me trasladaron al inicio de nuestro noviazgo. “Tú eres yo. Yo soy tú”. Esas fueron las palabras que nos comenzaron a identificar. ¡Habíamos compartido tantas cosas, nos conocíamos tanto! ¡Cada uno era parte indisoluble del otro!

Si la felicidad parecía eterna, ¿qué cambió? ¡Ah, ya lo recuerdo!

Que tus celos, tu posesividad y tu desconfianza se incrementaran en demasía fue lo que nos llevó a la ruina. Que me celaras en exceso hasta de Taehyung, mi mejor amigo, si mal no recuerdo, fue lo que me hizo por primera vez notar que algo andaba mal. Tal vez, si no le hubiese dicho a Tae que se alejara de mí para no provocar tu mal humor, él hubiera continuado visitándome y hubiera notado lo que me estabas haciendo.

—Lo que me estabas haciendo… —susurré—. ¿Qué me estabas haciendo?

 ¿Qué me estabas haciendo?

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Can't you see me? ❀ 𝐣𝐤𝐦 ~ 𝔽𝕚𝕟𝕒𝕝𝕚𝕫𝕒𝕕𝕒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora