Jimin ama a Jungkook. Jimin es ignorado a pesar de vivir juntos. No comprende el porqué de la indiferencia. ¿Por qué no puede salir de casa? ¿Por qué no puede tocarlo? ¿Por qué sus palabras no son escuchadas? ¿Por qué no recuerda nada?
¿Prevalecerá...
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Un recuerdo llega a mi mente, justamente de la ocasión en que el médico me advirtió de tu enfermedad. Fue muy claro en cuanto a todo lo que podría causar en ti y cómo podría afectar nuestra relación. Dijo que la aparición de celos y desconfianza desmedidas, asociados a violencia física, eran signos de alarma importantes que no debía obviar. Soy capaz de rememorar perfectamente ahora que esos signos de alarma eran el preámbulo que desencadenaría crisis a intervalos. Pero, ¿de qué me sirve recordarlo ahora si ya es demasiado tarde?
Fui advertido de que esas crisis eran sumamente peligrosas, que sin el control requerido podrían desencadenar conductas inapropiadas en exceso, que tanto mi vida como la tuya podrían estar en peligro. No temí a la muerte en ese instante, no creí que sucedería…; pero lo hizo.
“No se preocupe, doctor, tengo todo bajo control. Mis palabras siempre tranquilizan a Jungkook. La medicación no será necesaria”. No era falso que mis palabras te traían paz, pero, si de veras pensaba en nuestro futuro, debí hacer lo correcto y comprarlos. Si todo se podía mantener bajo control con el consumo regular de los medicamentos, ¿por qué hice caso omiso? Sé que no es justificación decir que tus dosis eran elevadas y tanto los fármacos como las atenciones por parte de los psiquiatras son sumamente costosas, que era un reto para ambos, jóvenes, tras el abandono de nuestras familias… ¿Por qué fui tan egocéntrico y egoísta? Me odio por eso.
Estos momentos de lucidez que tienes cada cierto tiempo, que te causan dolor y te hacen culparte entre recuerdos de conductas incontrolables, antes de la llegada de la siguiente crisis, los había olvidado. ¿Cómo fui capaz de olvidar?
—Todo esto… es mi culpa. —Miré el cuchillo en mis manos y lo solté, horrorizado por mis previas intenciones—. Lo lamento, Kook... No sabes cuánto.
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