CAPITULO 7

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—¡No te retrases Gonpachiro! —grito Inosuke lo cuál provoco que varios perros ladraran por su escándalo.

Ambos jovenes tenían una de sus tantos recorridos nocturnos pero esta vez Zenitsu los acompañaba. ¿Por qué estaban en las calles de la ciudad? Tanjiro estaba repartiendo las espadas a escondidas, dejándolas en el hogar de cada uno de sus portadores. No fue difícil convencer a sus amigos, en especial a Zenitsu que se emociono y le robo algunas camisetas a su maestro de arte cuando entraron a su hogar.

Mientras pasaban de un lugar a otro, se reían de sus proesas y ahora estaban por ir a la última casa, un bonito domicilo con flores en el patio.

«¡Solo faltan el Pilar de la serpiente y el Pilar del amor!» pensó emocionado Tanjiro.

—Parece la casa de una familia alegre —comento Zenitsu mientras admiraba el lugar.

—Sera fácil entrar —dijo Inosuke confiado.

Zenitsu se quedó en la calle para vigilar los alrededores, Tanjiro ayudo a abrir la ventana e Inosuke se metió a la casa a poner ambas espadas sobre la mesa del comedor. Por dentro la casa tenía decoración femenina, con colores pastel en la pared, adornos de flores y fotos con la pareja de la casa. Una sonriente Mitsuri con el cabello atado en alto mientras usaba un vestido blanco y Obanai usaba un traje negro con una sonrisa, esa foto llamo la atención de Tanjiro. Y se sintió feliz por la vida que llevaban juntos.

—¡¿Por qué tardas tanto Inosuke?!

Inosuke había puesto ambas espadas sobre la meza del comedor pero se había distraido con un bonito adorno de un árbol de cerezo pequeño con una serpiente blanca y por mera curiosidad toco la serpiente. La serpiente no era un adorno....

—¡Ahhhhh!

Tanjiro se alarmó al escucharlo gritar y entro a la casa. Entonces vio como Inosuke se intentaba quitar una serpiente de la mano, Tanjiro tomo al reptil de la cola y lo arrojo hacia la sala entonces jalo a Inosuke y lo saco de la casa. Zenitsu se asusto cuando los vio salir y se tropezo con sus pies, cayo hacia el auto que estaba enfrente de la casa y activo las alarmas.  Los tres jóvenes espantados corrieron lejos lo más rápido que pudieron y en algún momento decidieron esconderse metiéndose en un contenedor de basura, cosa que le causo risa a Inosuke apesar del dolor en su mano.

—¡¿Y si nos vieron?! —se alarmo Zenitsu.

—¡No nos vieron! —quizo calmarlo Tanjiro.

Y antes de que alguien dijera algo más, el móvil de Tanjiro vibro. El pelirojo respondio en cuanto reconocio a la persona.

—¿Tanjiro? ¿Estas bien? —era Senjuro. En ese momento Zenitsu grito de asco por qué su pie se había undido en una bolsa de fruta podrida.

—Si, Senjuro. Estoy bien, no te preocupes pero ¿No deberías estar dormido? Es un poco tarde...

—Es que tuve una pesadilla —se formó un pequeño silencio que preocupo a Tanjiro.

—¡Ya no siento la mano y esta sangrando mas! —grito Inosuke.

—¡Debo irme Senjuro! ¡Pero, no te preocupes estoy bien!

Y colgó luego de que Senjuro se despidiera. Salieron del contenedor para encontrarse con una unidad de policia frente a ellos.

Mientras con Senjuro...

Senjuro si había tenido una pesadilla, una que fue real y temia qué volviera a repetirse. Lo primero que hizo fue llamar a Tanjiro... Necesitaba saber que el estaba vivo. Cuando escucho su voz las lágrimas cruzaron por sus mejillas hasta caer en la manta.

AGUADonde viven las historias. Descúbrelo ahora