𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑰𝑰𝑰

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Lisa sólo fue a una sesión siguiente a la última. No podía siquiera verle la cara a la doctora luego de lo que le había preguntado ¿A quién demonios se le ocurría preguntar eso? ¿Qué carajos le importaba su vida sexual? Además luego de haberle preguntado eso, fue a otra a regañadientes, huyó nuevamente cuando la doctora le dijo que piense de nuevo en personas mayores, ya que estaba casi segura de que sólo era ese el "problema", Lisa se había negado huyendo nerviosa porque nuevamente se le vino ella a la cabeza.

Recordaba la situación y moría de vergüenza. ¿Debería ir a verla? Realmente no podría verle a la cara ¿y qué le diría? No tiene ninguna excusa para decirle porque no fue.

Chasqueó la lengua tomando su celular, yendo a su correo, tenía que ir si quería tener relaciones sin ingerir viagra, se negaba a aceptar que prácticamente no le gustaba Nancy.

No había ni un mensaje de la señorita Park, tampoco es como si tenía que mandarle, pero se extrañaba de que no lo haya hecho, ya que no había ido a las sesiones. Tiró su celular a un lado.

Se levantó y fue directo al baño, hizo sus necesidades, lavó su rostro y manos con agua casi helada, pues finalmente la nevada había comenzado a caer. Se vistió, andaba con una simple camiseta de mangas y sus boxers, se abrigó lo suficiente para no terminar engripada, ya que era lo único que le faltaba para completar su vida patética a sus veintiún años.

El helado aire le golpeó de lleno en el rostro cuando salió de su departamento y comenzó a caminar sin una dirección aparente por el momento.

Sin embargo, tras unos bastante largos minutos caminando, tal vez una hora ya, se encontraba entre maldiciones a sí misma pues había terminado en nada más ni nada menos que frente a la puerta de entrada de mármol de la casa de la terapeuta.

¿En qué estaba pensando? ¿Qué hacía ella ahí a esas horas ¿Se suponía que iba a aparecer de la nada después de no ir por semanas? Seguramente Chaeyoung ni querrá atenderla. Era estúpido pensar que ella podría recibirle a esas horas, mucho menos siendo que estuvo evitando las sesiones como la cobarde que era.

Pero cuando estaba ya pasando las columnas de piedra del comienzo de los escalones, la puerta se abrió de repente junto a un par de gritos que le hicieron girarse de inmediato, respingando de un salto cuando vio pasar una silueta de golpe frente a sí, casi cayendo al suelo ante el hielo que se había formado en algunas partes.

Se escondió por inercia.

—¿Te puedes ir de aquí, por favor? ¡Deja de venir a mi casa! Entiende que ya no estamos juntos—reconoció la voz de Chaeyoung entrecortada y sintió un nudo en la garganta.

—No me iré, ¿crees que te dejaré sola para que luego venga un hombre cualquiera y te folle como si no hubiera un mañana? ¿O no es eso lo que haces? Estoy seguro que cuando estábamos en una relación me engañabas y eras la misma puta que eres ahora.

—Por favor... vete—murmuró en un hilo de voz—No quiero volver a pelear—Lisa se asomó un poco más para ver como el hombre agarraba del brazo a la vulnerable Chaeyoung y la castaña apretó sus puños saliendo de su escondite.

—Vamos a ir adentro y el que te va a fo-

—Oye imbécil, ¿quién te crees para hablarle así a una mujer? ¿Tienes mierda en la cabeza?—ambos la miraron—Será mejor que te vayas si no quieres meterte en problemas, mi padre es jefe de policía y lo puedo llamar a ahora mismo, muchos patrulleros vendrán si no te vas—mintió, pero era algo que casi siempre le funcionaba. En el momento que mencionó lo de su padre el hombre aflojó su agarre para luego soltarla.

—¿Quién demonios eres?—miró a Chaeyoung—¿Tu nuevo jueguetito sexual?—rió—Me voy pero no por qué tú me lo digas—comenzó a caminar con tranquilidad pero luego fue apresurando sus pasos hasta que comenzó a ir más rápido desapareciendo de sus vistas, luego Lisa se acercó a Chaeyoung preocupada.

—¿Le hizo algo?—negó lentamente desconcertada—¿Segura?

—Sí... ¿Qué haces aquí?—su semblante cambio a uno serio de repente, cruzándose de brazos. Lisa iba a hablar pero no tenía nada que decir, ni si quiera sabe como llego ahí—¿Y bien?

—Sólo caminaba para despejarme un poco, por casualidad terminé en la puerta de su casa encontrándome con el... problemita que usted estaba teniendo—rascó su cuello, inquieta.

—¿De verdad que andabas por aquí de casualidad a las doce de la madrugada?—frunció su entrecejo, lamiento sus labios secos por el frío.

—Tengo mucho frío, ¿podemos pasar y le explico bien? Pero si no quiere, está bien, puedo retirarme ahora—la mayor lo pensó bien antes de asentir y darle paso a la contraria para que entrara, ambas sintieron la calidad del hogar al entrar, Lisa se sentó en el sofá viendo como Chaeyoung abría un cajón y de él sacaba un botiquín, esperando a que la menor hable—Vine a disculparme—Chaeyoung alzó sus cejas unos segundos de sorpresa, volviendo a su expresión neutral de inmediato.

—Ah—murmuró—Bien.

—Y decirle que quiero seguir con las sesiones—soltó, ahora viendo como del botiquín sacaba un algodón para luego ponerle alcohol.

—¿Eh?—frunció nuevamente su entrecejo—Faltaste a casi dos semanas de sesiones sin avisarme, perdí dinero al no tener cancelación por parte tuya, ¿crees que es así de fácil venir a pedirme algo como eso? Ni siquiera tu "intervención" a lo de hace un momento puede darme una razón suficiente para aceptar.

—Yo-

—No, Lisa, de verdad. A cada posibilidad de diagnóstico que te doy, te niegas, como si tú fueses una experta en la sexología cuando no eres capaz de sólo pensar en algo para ayudar a tu impotente pene y sonrojarte.

—¡E-Eso no es verdad!—¿Por qué ella hablaba tan así de repente?

—¿Ves? Para ti todo es no, no a esto, no a lo otro. ¿Por qué niegas que te gustan las personas más grande que tú? Si quieres seguir con tu novia, no lo sé, no lograrás tener una erección a menos que pienses en alguien más que no sea ella, para serte sincera, no estoy para perder mi tiempo. Para mí ya encontramos la solución—guardó el botiquín poniéndose el algodón sobre su cuello, extrañando a Lisa. Luego se giró sobre sus talones, hacia la escalera—Ya sabes dónde está la puerta—dijo, ya unos escalones arriba.

—¡Espera!—Lisa corrió hasta ella, tomando su brazo, arrepintiéndose, y soltándola—Y-Yo prometo poner de mi parte. De verdad que necesito ayuda, quiero ver a mi novia y tener una erección sin la necesidad de una maldita pastilla. Quiero ser una persona normal, necesito de tu ayuda—casi suplicó.

—Yo...—pensó unos segundos—Está bien, subamos a mi cuarto.

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➥ 𝐬𝐞𝐱𝐮𝐚𝐥 𝐭𝐫𝐨𝐮𝐛𝐥𝐞 ❥⥤𝑪𝒉𝒂𝒆𝑳𝒊𝒔𝒂⥢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora