𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑽𝑰

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Lisa cerró la puerta de su apartamento. Mientras estaba en la cafetería con Rosé, Nancy le había enviado un mensaje diciéndole que estaría allí en unos minutos, se vio obligada a despedirse de la terapeuta e irse, prometiéndole que iba a seguir todos los pasos que le había recomendado.

—¿Dónde estabas?—la voz de su novia se escuchó repentinamente y Lisa brincó en su lugar poniendo una mano en su pecho.

—Ay, mujer. Me asustas... Estaba en—no sabía que decirle, ella se negaba a mencionar que estuvo con una terapeuta sexual—Me fui de compras.

—Ya veo.

Oh, cierto no traía nada en manos.

—Pero no había lo que quería comprar—sonrió nerviosa y se acercó a la chica, abrazándole por la cintura dejando un pequeño beso en la comisura de sus labios—. Quería hablarte de algo, me di cuenta que últimamente no pasamos tiempo juntas y sé que es mi culpa, estoy tan enfocada en el trabajo que casi ni nos vemos. Me preguntaba si estabas libre esta noche—comenzó a ponerse aún más nerviosa, olvidando los consejos de Rosé, se supone que ahora debería invitarla a una cena—, cenaremos aquí pero prepararé todo para que esté más lindo y luego... mmm... puede suceder cualquier cosa—trató de no hacer una mueca al decir eso.

Nancy sonrió, hace mucho no recibía una propuesta así de la castaña, casi siempre era ella la que quería este tipo de cosas y Lisa inventaba escusas con que no podía.

La razón era que sabía en qué terminaría cualquier encuentro y ella ya no quería ver triste a su novia como una vez que se puso a llorar por no haberle provocado una erección.

La chica asintió con una amplia sonrisa, dándole un beso más largo para luego irse. Volvería en la noche.

••••••••

Prendió la última vela roja aromática sobre la mesa. Ésta decorada por un mantel blanco y dos platos con sus cubiertos más dos copas frente a una botella de vino blanco, pues según Rosé, el vino tinto era demasiado cliché a esas alturas.

Era de lo más cursi que alguna vez en su vida había hecho, pero debía admitir que había quedado mejor de lo que se esperaba.

Rosé le dijo que una comida "perfecta" para esa ocasión sería la pasta, ella ni si quiera sabía que había comida perfecta para esa situación pero después de todo la experta era Rosé.

Le sudaban las manos como nunca y varias veces tuvo que ir a lavarse el rostro al baño con agua fría pues su rostro no dejaba de ruborizarse a causa de los nervios que le causaba la espera.

¿Y si no llegaba a tener una erección para cuando hiciera todo lo que Rosé le indicó? ¿Si nuevamente tendría a Nancy llorando en el baño? Definitivamente no quería eso. Esperaba que todo saliera bien.

Un escalofrío le recorrió de pies a cabeza cuando la puerta fue abierta, y apretó sus manos en dos puños al asomarse por la cocina hacia la entrada, viendo a su novia con sus labios abiertos en una pequeña 'O' una vez entró y cerró la puerta. Debía admitir que se veía muy atractiva, más de lo normal.

Y tal vez era porque estaba vistiendo prendas parecidas a las que Rosé solía usar.

De todos modos, no iba a aceptar que era por esa razón.

La chica de cabello oscuro miró todo, con sus ojos brillando, Lisa tragó saliva, no entendía porque estaba estaba tan nerviosa. Nancy le agradeció por todo lo que hizo. Corrió la silla por ella y la misma se sentó, ampliando su sonrisa de ojos brillantes cuando Lisa comenzó a servir la pasta hecha por ella misma en ambos platos, sirviendo luego el vino blanco en ambas copas y sentándose frente a ella.

➥ 𝐬𝐞𝐱𝐮𝐚𝐥 𝐭𝐫𝐨𝐮𝐛𝐥𝐞 ❥⥤𝑪𝒉𝒂𝒆𝑳𝒊𝒔𝒂⥢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora