•[°~29~°]•

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Para Scourge, dejar a Manic atrás no era fácil, sabe de antemano que él odia el hecho de volver con su familia, además que dejarlo con el imbécil de Zonic le daba mucha desconfianza. Solo esperaba que no lo jodiera demasiado.

Caminaba a paso lento, ya un tanto alejado del lugar. No tenía ganas de volver a casa, tenía ganas de regresar y enfrentar a ese oficial de una vez por todas pero en el fondo sabía que esa no sería tan buena idea, por lo que solo suspiró y empezó a acelerar un poco más el paso, sin embargo no pudo caminar ni un metro más cuando una voz a sus espaldas lo detuvo en seco.

—Scourge?— Ahora si no sabía que hacer, su mente le gritaba dos cosas a la vez, que corriera o que no se moviera y no sabía a cual obedecer. Lo único que pudo hacer fue darse la vuelta y encarar al erizo detrás de él, el cual parecía no cambiar su expresión de sorpresa, incluso sonreía —Scourge, hola— Este se acercó a paso lento mientras Scourge seguía en su posición, inmóvil.

—Zonic... Qué quieres?! Ah?!— fue lo único que salió de su boca para después respirar, no se había dado cuenta de que estaba conteniendo la respiración

—Tranquilo, no tienes que hablarme con tanta agresividad—

—Y QUE ESPERAS?! QUE TE HABLE CON CARIÑO?!— Y explotó, sus manos se cerraron en puños mientras gritaba. Tenía unas inmensas ganas de tirarse encima de él y golpearlo pero su cuerpo aún no reaccionaba del todo

—Tranquilo Scourge, te entiendo, no merezco que me hables con cariño, pero  no es necesaria tanta frialdad— El de púas azules se acercó más, Scourge quería golpearlo, quería atacar pero no pudo, no se movió, incluso su cerebro se bloqueó, hasta creyó haber visto borroso por un segundo al sentir un par de brazos abrazándolo, no podía ni hablar. El otro continúo —Te extrañé tanto, tu voz, tu cercanía, tu calor, todo. Te extrañé mucho Scourge— el abrazo se hizo un poco más fuerte, aquel oficial se aferraba al pobre erizo que apenas y podía procesar lo que pasaba.

—Yo... suéltame— decía casi sin voz, odiaba esto, se sentía débil, Zonic lo hacía sentir débil.

El enojo aumentaba, esas palabras lo molestaban y después de procesar y de que recuerdos lo invadieran logró mover por fin sus brazos y con fuerza que no sabía de dónde había sacado, lo empujó
—SUELTAME!—

Ambos quedaron en silencio después de eso. Hasta que Scourge levantó finalmente la vista logrando verlo a los ojos. El de púas azules se sorprendió, esos ojos azules lo volvían a ver a los ojos, aunque esta vez fuera con odio, sin embargo se conformó con eso.

—Escucha Scourge, entiendo que estés molesto, pero créeme, todo este tiempo no he hecho más que pensar en tí y espero que me des una segunda oportunidad, prometo que esta vez será diferente—

—Je y esperas que te crea así de sencillo? Nunca nadie había logrado destrozarme de la forma en que lo hiciste y eso no tiene perdón— la voz de Scourge se escuchaba tan fría y con tanto odio guardado que el de ojos verdes suspiró sin saber muy bien como actuar

—Ya te dije, entiendo tu molestia—

—ES MAS QUE MOLESTIA! ES ODIO! TE ODIO!— se formó un corto silencio en el que Scourge intentó calmarse —Te odio tanto, te odio con cada fibra de mi ser, me repugna el solo verte, así que déjame en paz—

No lo admitiría, pero esas palabras llegaron a lastimar al de púas azules
—Sabes que no puedo hacer eso, de una u otra forma tienes que venir conmigo, pero espero que tu regreso haga que las cosas cambien y volvamos a estar como antes— Zonic se acercó e intentó volver a tomar a Scourge, pero esta vez el cuerpo del de púas verdes reaccionó y logró darle un golpe en la cara.

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