Oᴄʜᴏ

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—Estoy enojada contigo —miré a mi padre.

El suspiró y acarició mi cabello.
—Disculpa. Ya sé que tuve que haberme despedido correctamente. Te aseguro que no volverá a pasar —sujetó sus manos con las mías.

—Papá... Sabes como soy cuando te vas sin despedirte. Sabes el miedo que trae eso en mi.

El se me quedó viendo y acarició mi cabello.

—De verdad que no pasará más —sonrió y me abrazó.

Desde pequeña tengo miedo a una sola cosa. Que mi padre me deje. Sé que eso no pasará, pero como mi madre lo hizo, y ni siquiera se despidió, es como una duda que vive dentro de mi y que no se ha quitado.
Quizás, esa fue una de las razones por la cuales la mentira de Chanyeol, y la traición de mi ex mejor amiga dolió tanto.
Lastimosamente me encariñaba demasiado rapido con las personas, y si estas terminaban dejandome o engañandome por algún "x" motivo yo quedaba demasiado mal. Por eso durante ese tiempo que viví en Estados Unidos modifique mucho mi forma de ser.

—La cena está servida —anunció la señora Jung con una sonrisa y mi padre y yo nos levantamos para ir a el comedor donde Hobi terminaba de poner una jarra de agua. Sonrió y tomó asiento.

—Señora Jung por favor sientese y acompañenos —le sonríe mi padre.

—Muchas gracias señor Bae, pero todavía tengo que terminar algunas cosas en la cocina —sonrió ella.

—Porfis Nana sientate con nosotros ¿si? —la miré suplicante.

—Hagalo madre. Luego la ayudaré con lo que falte —sonrió mi amigo.

—Yo también —respondí.

Ella suspiró y asintió para sentarse con nosotros.

  ~~~~Una semana después~~~~

Con Taehyung aún no había logrado absolutamente nada. Seguía siendo estúpidamente serio y fiel. Agh. En serio comenzaba a desesperarme por culpa de esto.
Hoy se habían suspendido las clases, ya que era el partido entre los chicos de nuestra preparatoria, y los de otra ahí.
Ya me había vestido con el uniforme elegido para las porristas. Este sería una blusa color blanca, y una falda negra parecida a las que usan las americanas cuando animan también a algún equipo. Unas zapatillas color blanca, y por último los pompones rosa fosforescentes.
Cuando terminé de prepararme dejé mi cabello suelto, y antes de ir hacia la cancha de balconcesto, decidí pasarme por el vestuario de hombres. Cuando llegaba salieron todos los chicos con otros estudiantes más, excepto Taehyung.

—¿Vienes a desearme suerte? —sonríe mi amigo.

Asentí —¡Fighting! —hice el gesto con las manos. Luego lo jalé un poco alejandolo de los demás.

—¿Taehyung está allá adentro? —le pregunté.

—Sí. Y está solo, por si quieres saber.

—Perfecto. Voy a desearle a él también buena suerte —besé su mejilla y el negó mientras se llevaba a los chicos hacia el lugar en el que se realizaría el partido.

Miré que nadie estuviese por el pasillo y entré a el vestuario, cerrando la puerta. Taehyung se estaba poniendo la ropa, y a pesar de que no llegué a ver mucho sus abd, algo observé y sin duda se ejercitaba.
Se giró y al verme se soprendió.

—¿Que haces en este vestuario? —preguntó.

—Solo vine a desearte buena suerte —contesté. El arqueó una ceja.

—¿Y no podiste hacerlo junto con las otras porritas cuando empiecen a animarnos desde la grada? —cuestionó.
Negué caminando hacia él.

—No. Tenía que ser personalmente y, a solas —le sonreí. Yo tenía que levantar mi rostro para verlo y el bajarlo un poco ya que nuestra diferencia de altura se notaba mucho. Y más ahora que no estaba usando tacones.

¶Serás mío Kim Taehyung» KTH & tu [COMPLETA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora