Día 5: AU Cafetería

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AU Cafetería

Katsuki se despertó como cada mañana, con las mismas ganas de volverse a dormir

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Katsuki se despertó como cada mañana, con las mismas ganas de volverse a dormir. Procedió a levantarse de su cama, se tomó su tiempo para estirarse y tomó su celular para ver la hora, aún tenía tiempo. Abrió las cortinas para que el sol matutino inundase su habitación, se puso un abrigo que encontró en una silla y fue al baño a lavarse los dientes. Con toda la pereza del mundo se puso su traje y se encaminó hacia su trabajo. Malditos problemas financieros, gracias a tener que trabajar sí o sí para subsistir no pudo estudiar la carrera que él quería, aún no al menos. Su trabajo era uno de oficina, super cliché, no? Hacía papeleos, imprimía cosas, verificaba solicitudes y bla bla bla. La verdad no es como si a Bakugou le gustara eso ni mucho menos, odiaba su trabajo, pero de alguna manera debía comer y pagar su alquiler.
Al llegar al trabajo se sentó en su escritorio y se dispuso a trabajar hasta que su turno acabara, para después ir a su casa a almorzar o perder su tiempo de alguna forma.

– Hola Kacchan! Sabes, abrieron una cafetería nueva al frente de la oficina, genial no? – Preguntó un peliverde al verlo pasar. O sí, odiaba su trabajo, pero odiaba aún más a sus compañeros de este. No es como si todos fueran literalmente unos pedazos de mierda, pero eran unos molestos sin control, en especial el peliverde.

– No molestes nerd. – Respondió cortante el rubio. El otro, aunque ya acostumbrado, se alejó del escritorio de Bakugou para ir a quien sabe dónde. No le parecía mala la idea de tener una cafetería frente a el trabajo, seguramente la visitaba después del trabajo, solo esperaba no toparse con los idiotas de sus compañeros.

                                *

Como suponía su día pasó normal, sus compañeros lo molestaron, aunque menos de lo que esperaba, y terminó todos sus reportes. Salió del trabajo y pensó en dirigirse a esa cafetería. Cruzó la calle y entró al establecimiento, el lugar tenía una simple y linda presentación, por fuera era dorado con grandes ventanas a un estilo vintage, por dentro no era muy diferente, tonos bordos y marrones abundaban el lugar, dándole un toque con el olor tan particular y amargo de el café. Si le preguntasen, por ahora, le parece un lindo lugar, capaz iría más seguido.

Se sentó en la barra y pidió un café cortado a el pelirrojo que estaba atendiendo. Este solo asintió y en unos pocos minutos su café ya estaba servido. Mientras tomaba dirigió su mirada al pelirrojo, tenía una palpable calma en el rostro, a la vez que se veía sería y pacífica, el chico era lindo, y se dedicaba a limpiar unos cuantos vasos que estaban ahí. Sacó su laptop y empezó a ver algunas cosas que se le cruzaban o simplemente le llamaban la atención. Pasó ahí sentado unas pocas horas y se decidió a ir a su casa. Pagó al pelirrojo y con una reverencia se retiró.

                                *

Otro día más y Katsuki se levantó y fue al trabajo. Habían pasado alrededor de tres semanas desde que la cafetería abrió y él era un cliente muy recurrente, iba todos los días al punto de que cuando aquel pelirrojo lo veía ya iba preparando su pedido.
Ese chico le había llamado la atención desde que pisó el lugar, capaz hoy juntaba algo de valor y le hablaba.

Su jornada laboral pasó como de costumbre y se dirigió a la cafetería. Entró y el pelirrojo notó su presencia, entonces le empezó a preparar su habitual pedido. Bakugou se sentó donde siempre, frente a el pelirrojo.

– Hazme dos, yo invito. – Dijo Bakugou, no era un intento de ligar, al menos aún no, pero le gustaría hablar un poco con el otro. El pelirrojo solo sonrió y obedeció al pedido del contrario.
Estiró el café del rubio para dárselo y agarró el suyo.

– Sabés, no es necesario. – Dijo el pelirrojo esbozando una leve sonrisa.

– Está bien, de todas formas nadie me obliga. Bakugou Katsuki, un gusto. – Extendió su mano en forma de saludo.

– Kirishima Eijirou, un placer. – Tomó la mano del contrario dándole un apretón.

Ambos estuvieron esa tarde conversado de cosas triviales, ya que no mucha gente concurría al local pese a sus fachas, su exquisito café y hermoso personal. Finalmente llegó la hora en la que Bakugou debería irse, ambos se despidieron y Katsuki se dirigió a su casa.
Este patrón se repitió mucho tiempo más, Katsuki frecuentaba visitar al pelirrojo y se quedaban horas hablando. Realmente ambos estaban perdidamente enamorados mutuamente, era algo lindo de ver para el resto de clientes frecuentes. Un día se lo propusieron y empezaron a salir, su vida fue todo menos normal desde ahí..

                                ⛦

– ¿Un cortado, Kats? –

Me dió un poco de cringe escribir este capítulo, si a ustedes también mis disculpas ✋El capítulo este es más corto que lo normal porque debería haberlo publicarlo ayer, aunque en realidad es porque no me nacieron más palabras xD

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Me dió un poco de cringe escribir este capítulo, si a ustedes también mis disculpas ✋
El capítulo este es más corto que lo normal porque debería haberlo publicarlo ayer, aunque en realidad es porque no me nacieron más palabras xD.
Adiós, hasta mañana~

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