kiribaku week 2021

Poemas

AU Escolar sin quirks

Igual que siempre él se encontraba sentado en la biblioteca terminando de leer un libro. Unas cuantas palabras más y el rubio se levantó sin hacer ningún ruido, el único sonido que había era el de la silla rechinando contra el suelo de madera, junto con la leve brisa bailando entre las cortinas. Se dirigió a dejar la obra de la cual su nombre ya no recordaba, pero pese a eso la historia le había parecido interesante y distinto . "Gato negro" de Edgar Allan Poe, un libro demasiado corto si le preguntaban, pero lo suficientemente interesante como para echarle un vistazo. Luego de saber el título se dirigió a la fila de la letra correspondiente y buscó el espacio vacío del libro para dejar este, sabiendo que aquel hueco era de ese libro, simplemente nadie más se encontraba en la biblioteca, y él la conocía de memoria, pasaba todo el tiempo posible allí. Al ver el hueco se topó con un papel de pequeñas cuadrículas perfectamente doblado en cuatro. Él nunca fue alguien que se metiera en cosas ajenas, pero era un simple papel dejado ahí así que de todas formas debía agarrarlo para poner el libro de nuevo. Miró a los lados para ver si había alguien, aunque como era obvio no lo había. Agarró la nota y la desdobló, encontrándose con un texto escrito en tinta y con una perfecta caligrafía cursiva.

"Por el dolor corrompido es como, digamos, la piel de un zorro; Para el dolor corrompido, cubierto de nieve, se acurruca."

Un poema yacía escrito en el papel. El rubio leyó y releyó aquellos 4 versos una y otra vez, sintiéndose, en parte, identificado. Identificado gracias a las sonrisas falsas que brindaba a quienes pretendían ser sus "amigos", quienes preguntaban por sus problemas, siendo que sus problemas eran solamente de él. Le gustaba estar en la biblioteca, siendo el dejar de fingir una de sus razones. Una sonrisa ladina y traviesa se posó en sus labios, guardando aquel pequeño papel en su bolsillo y finalmente dejando el libro.
Él no se había dado cuenta de los rojizos ojos que lo contemplaban, fingiendo que estaba leyendo, pero mirándolo en silencio. Sonrió llevándose una mano al pecho mientras suspiraba, sintiendo los acelerados latidos de su corazón. Le había gustado el poema, su poema.

Su musa por fin sabría de su existencia.

                                *

Katsuki paseaba por los pasillos de la biblioteca, buscando entre los estantes un libro con un título tan llamativo para captar su atención y pedirlo prestado para leerlo. Pasó por el estante de la letra "G", y sus ojos se paraban inevitablemente en aquel hueco donde aquel libro titulado "Gato Negro" se encontraba, en cierto modo lamentándose de que tal obra siguiera ahí pese a lo interesante que es, y la gente que iba a la biblioteca ayudaba a que  el libro siguiera enpolvándose. El chico se acercó a aquel libro y lo sacó, para encontrarse con la madera del estante vacía. Se decepcionó de eso, aunque lógicamente ya se lo esperaba. Había fantaseado en encontrarse otro poema, la continuación del último o algún verso.

Bakugou dejó el libro nuevamente con una aguda cara de póker, continuando con su búsqueda de algún libro que captara su atención. Después de todo, estaba acostumbrado a la decepción, que vivía constantemente en su vida, era una rutina triste.