🌸​𝑀𝑦 𝐺𝑖𝑟𝑙...

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T e r c e r a     P a r t e 
"Llegaste y me enseñaste que estar roto no era una debilidad y tener cicatrices no significaba que fuéramos irreparables." Ron Israel.


Por la tarde, cuando Rose llamó a su puerta y en sus manos una bolsa de papel con aroma a comida le acompañaba, pensó en la manera apropiada de abordar el tema que le mantenía inquieto.

Había pensado en muchas posibilidades, cada una más irreal e improbable que la anterior, aunque todas y cada una de ellas parecían querer ajustarse al tipo de personalidad de la fémina.

La primera y más lógica, era que ella se sentía de algún modo atraída hacia él y por eso estaba haciendo todo esto.

Si bien; aunque era una posibilidad, lo sentía cómo bastante irreal para su entendimiento.

Nadie en su sano juicio podría enamorarse de él, así que la deshecho por completo.

—Rouge te envía saludos—Le comento de pronto mientras ambos comían.

Se había vuelto una especie de ritual; ella llegaba, le entregaba comida y se mantenían en silencio. Era algo curioso, pero a ninguno de los dos parecía molestarle. Ella parecía disfrutar de su compañía y bueno, a él tampoco le incomodaba del todo.

Ni siquiera parecía decepcionada ante el hecho de que pocas fueron las veces en que habían compartido palabras.

Aún así se sentía bien...

Era agradable estar con alguien que simplemente disfrutase del tiempo y nada más.

Ella parecía conformarse con el simple hecho de verle y compartir un mismo espacio, ¿eso era bueno? honestamente en este punto no se sentía capaz de determinar si estaba bien o no.

—¿Quieres escuchar algo gracioso?—Le preguntó con ese tono animoso que tanto la caracterizaba.

Asintió cómo único gesto afirmativo y esperó a que ella hiciese uno de esos comentarios pintorescos.

—¿Sabías qué en épocas anteriores creían que sí te tomaban una fotografía significaba que de alguna forma capturaban tu alma?—Formuló, completamente emocionada con aquel dato que le fue imposible no sentirse levemente enternecido ante lo inocente que esa chiquilla podía llegar a ser.

Por la expresión en su rostro de verdad creía que había dicho algo completamente interesante y relevante en la vida de cualquier individuo.

¿Quién era él para negarle lo contrario? Pensó para sus adentros y continuó comiendo mientras ella le relataba sus teorías y vivencias con respecto a las creencias que se tenían en la antigüedad.

Hablaba apasionadamente de datos curiosos, aunque irónicamente; de algún modo todos estaban relacionados con la muerte, la vida después de ésta y cosas que tal vez no eran propias de una fémina de su edad.

Datos morbosamente pintorescos, debía admitir y además de que era intrigante, no iba a negarlo. Incluso podría atreverse a decir que le resultaba sumamente hilarante el cómo una mujer tan rosada pudiese tener dentro esa clase de pensamientos.

¿Era una especie de sociópata o algo así?

—Suenas como una asesina en potencia—Le menciona casi por instinto y ambos se sorprenden ante tales palabras.

𝚈𝚘𝚞  𝚠𝚒𝚕𝚕  𝚋𝚎  𝚖𝚢  𝚠𝚘𝚛𝚕𝚍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora