Si tuviese que definirme en una sola palabra sería "perceptivo", llámenme loco, pero puedo sentir perfectamente cuando alguien intenta mentirme o tiene malas intenciones y esa fue específicamente la razón por la cual no me acerqué al denominado ángel del salón; un chico de cabellos naranja y una tierna coleta a unos de los lados, estatura mediana y agradable sonrisa, reconozco que es atractivo y su rostro es realmente hermoso, pero su personalidad es otra cosa. Cuando este se presentó con gran alegría y entusiasmo... había algo, quizás en sus expresiones o ese pequeño deje de incomodidad que siempre está presente en sus ojos, con solo una presentación sabía que este chico tenía un aura de mentira a su alrededor y si algo no puedo tolerar son las mentiras, por lo que desde ese momento me obligué a no tratar con él más de lo estrictamente necesario y gracias a los profesores no me ha tocado hacer ningún trabajo con él.
Para mí, la distancia hacia el chico funcionaba bastante bien y no tenía que lidiar con su maraña de engaños, pero lo que menos habría esperado de su parte era ser llevado a uno de los salones desocupados contra mi voluntad, no entendía sus reacciones por lo que hice lo que mejor me sale, molestar a las personas.
— Wou... Kyousuke, no era necesario que me trajeras contra mi voluntad, si querías un revolcón podrías hacerlo pedido. — el chico se encontraba cerrando la puerta del salón mientras podía observar como una pequeña vena en su frente se ensanchaba de enojo.
— Te equivocas, Takahashi, no es nada de eso. — dijo el chico para mirarme por primera vez desde que me arrastró por lo pasillos, era evidente su intento por esconder el disgusto en sus ojos. — solo quiero hablar.
"Quizás si lo saco de sus casillas pueda desenmascarar a este lobo en piel de oveja" pensé meditando los pasos que debía tomar para lograr mis objetivos.
— Pero, Kyousuke has rechazado a casi toda la escuela, porque supuestamente eres hetero. — ignoré sus palabras diciendo las mías con fingido asombro y felicidad, tratando de picarlo aún más. — me siento especial, ¿me has elegido a mi para experimentar? Tengo que advertirte que no dejaré que seas el que la pone, ese es mi lugar, pero igual mente puedo darte mucho placer.— terminé de decir con una sonrisa algo arrogante en mi rostro.
Sabía que había conseguido mi cometido cuando su rostro se tornó completamente rojo y la vena que decoraba su frente producto del enojo se había vuelto el doble de grande, "veamos tu verdadero yo, Kyousuke".
— CALLATE, ¿QUIEN QUERRIA A UNA BASURA ARROGANTE COMO TU PARA ESO? ERES DESPRESIBLE. — exclamó con toda la ira retenida que tenía, a lo que yo solo pude ampliar mi sonrisa cargada de satisfacción, mis suposiciones habían sido completamente ciertas. — ¿QUIEN TE CREES QUE ERES PARA EVITARME DE ESA MANERA? SOY LA PERSONA MÁS AMABLE DEL INSTITUTO, DEBES AMARME.
Me fue inevitable poder contener la risa después de su arrebato de furia a lo cual obviamente él no tomó bien, pero se veía tan adorable en su faceta de desenmascarado "es más atractivo siendo natural" pensé mientras mordía levemente la esquina de mi labio.
— ¿DE QUÉ TE RIES AHORA, IMBECIL? Y NI SE TE OCURRA MIRARME DE ESA MANERA, PERVERTIDO. — prácticamente escupió sus palabras mientras yo no podía detener mi risa, por lo que llevé mi mano a mi estomago intentando amortiguar el dolor que comenzaba a instalarse en esa zona, para luego sentarme en la mesa del profesor intentando recuperar el aliento.
Podía sentir la mirada quemante de Kyousuke mientras intentaba llenar mis pulmones de aire sin mucho excito a causa de la risa, sobrepasado por la ira se acercó para tomarme del cuello de mi camisa con gran dureza, lo cual no logró intimidarme; de por si soy mucho más grande que él y se podría decir que hasta tengo más cuerpo, después de todo estar en el club de baloncesto ayuda a tener una buen estado físico.
Secando una pequeña lagrima de risa de mis ojos le dije. — sabía que eras un mentiroso. — el chico me miró con asombro, supongo que hasta ese momento no se había dado cuenta de sus actos, su fachada había caído y toda su actuación había pedido sustento. — debo reconocer que esta faceta tuya es mucho más excitante que el papel de ángel que juegas todos los días. — el chico me miró haciendo una mueca de asco con un poco de recelo, pero no se alejó y haciendo mi próximo movimiento con ganas de entretenerme un rato más, acerco mi rostro lo más que puedo a su oído.
— Me has puesto duro solo con gritarme, felicidades. — si bien esto se lo había dicho para molestarlo era totalmente cierto, el cambiode actitud del peli naranjo fue jodidamente excitante.
Antes de que el peli naranja pudiera separarse de mi, tomé su cintura para dejarlo casi acostado contra la mesa en la cual antes me encontraba yo, una de mis piernas posicionada entre las suyas para limitar sus movimientos.
— ¿Qué crees que haces maldito pervertido? — dijo el chico mientras intentaba removerse bajo mi cuerpo.
— Pero, Kyousuke ya estas sonrojado y ni siquiera te he tocado.
— Ni se te ocurra tocarme, hijo de puta. — sus insultos quedaron a medias cuando comencé a acariciar su miembro sobre la tela de sus pantalones, con una gran sonrisa disfruté el inesperado gemido que salió de su boca, llenando mi interior de satisfacción.
Mi mano siguió recorriendo con esmero el miembro ya duro sobre su pantalón, Kyousuke dejó de pelear cuando mi mano entró en su ropa interior para acariciar directamente su verga erecta.
— Ya estás muy duro Kyousuke, creo que tendré que ayudarte con este asunto más a fondo. — dije con la excitación cargada en mi voz.
— Detente, n-no sigas. — dijo en susurro dejando escapar fuertes jadeos.
Dejando de aprisionarlo contra la mesa me acuclillé frente a él para comenzar a lamer su verga desde la basé a la punta recorriendo sin prisa su extensión sin despegar mi vista de las muecas de placer del peli naranjo, recibí de su parte una seguidilla de gemidos los cuales solo conseguían que mi verga doliera dentro de mis pantalones.
— Deberías dejar de usar esa tapadera de ángel, eres más sexi sin ella.
Cuando el chico estaba a punto de insultarme metí toda su extensión en mi boca, comenzando a succionar con fuerza, la espalda de Kyousuke se arqueaba ante el placer recibido, era adictivo ver como su cuerpo se comportaba ante el placer que le entregaba, cada expresión o movimiento hacía que la excitación y satisfacción crecieran, pensar que pude molestarlo más y conseguir toda esta diversión mucho antes.
— Ta-takahashi, me vengo. — podía ver como sus manos se aferraban a los externos de la mesa intentando llegar gratamente al orgasmo.
— Hazlo lo estoy esperando. — mis succiones se hicieron más rápidas siendo ayudadas por mis manos para entregarle un placer completo, hasta que mi boca fue llenada por su semen; salado, algo acido y definitivamente delicioso.
Mirando su ojos tragué hasta la última gota de sus fluidos mientras el chico intentaba recuperar la respiración mientras parte de su rostro era tapado por sus manos tratando de evitar mi rostro. Satisfecho por la situación me puse de pie y caminé a la salida del salón.
— Espero que se repita, tu sabor es adictivo. — antes de salir por la puerta giñé un ojo en su dirección asegurándome que estuviese mirándome.
Con la rapidez que me permitían mis pernas y el gran bulto entre ellas llegó a mi habitación pasando directamente al baño, sacando mi ropa lo más rápido posible dejé que el chorro de agua fría ayudara a bajar la gran calentura que me había dejado esa situación.
— Para la próxima no serás el único que lo disfrute, Yacchan.
¿De quien les gustaría el próximo capitulo?
~Alpha
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One-Shots Yarichin Bitch Club
FanfictionNo pude resistirme a crear historias de estos sensuales hombres, espero les gusten.