Capítulo 8.

1.2K 90 3
                                    

–Estoy diciendo que necesitamos un nuevo plan porque la próxima vez, uno de nosotros estará demasiado herido para sanar.– Dije.

–Lo entiendo. No podemos salvar a Jackson.– Dijo Scott.

–Parece que no podemos matarlo. Tampoco.– Dijo Derek. –He visto muchas cosas, Scott. Pero nunca había visto nada como esto. Cada luna nueva lo hará más fuerte.–

–¿Pero cómo lo detenemos?– Yo pregunté.

–No lo sé. Ni siquiera sé si podemos.– Respondió mi hermano.

–Sí, tal vez deberíamos dejar que los argents lo manejen.– Scott sugirió.

–Yo soy quien lo convirtió. Es mi culpa.– Dijo Derek.

–Sí, pero no lo convertiste en esto.– Recordó Scott. –Quiero decir, esto sucedió por algo en su pasado, ¿verdad?–

–Esa es una leyenda en un libro. No es tan simple.– Respondió Derek.

–¿Qué quieres decir que no me estás diciendo?–

–¿Por qué crees que siempre te estoy ocultando algo?–

–Porque siempre me estás ocultando algo.–

–Bueno, tal vez lo haga para protegerte.–

–¿No significa que ser parte de tu manada no significa más secretos?–

Derek suspiró. –Vete a casa, Scott. Duerme. Cúrate. Asegúrate de que tus amigos estén a salvo. Porque la luna llena se acerca. Y con la forma en que van las cosas, tengo la sensación de que va a ser difícil.–

~

–¡Shay!– Alguien gritó mi nombre justo cuando estaba a punto de salir del almacén.

–¿Isaac?– Dije con un suspiro. –¿Qué pasa?–

_Necesito tu ayuda. La luna llena se acerca esta noche y necesito que me ayudes a mantenerme bajo control.– Explicó.

Me reí. –¿Estás bromeando? ¿No se supone que debes odiarme?–

–Nunca te odié.– Dijo. –¿Me odias?–

–No te odio.– Dije, haciendo una pausa. –Tanto.–

–Bueno, ahí vamos. Hay algo de desarrollo. ¿Ahora puedes ayudarme o no?–

–Oh, Isaac. Necesito ir a la escuela. Estoy segura de que Derek te ayudará.– Me encogí de hombros.

–Pero quiero que me ayudes.–

–¿Por qué?–

–Bueno, no le digas esto pero eres un mejor entrenador.–

Sonreí. –Bueno, entonces supongo que tengo que estar a la altura de mis expectativas.–

–Gracias.– Me devolvió la sonrisa.

–Está bien, lo primero es lo primero, necesitas encontrar un ancla.– Dije, tirando mi mochila en el suelo.

–¿Qué es un ancla?–

–Algo que pueda hacerte retroceder. Algo que te haga humano. Podría ser una persona, una emoción, un lugar… cualquier cosa.– Expliqué.

–¿Lo que es tuyo?–

–Amor. Pero no tiene por qué ser una emoción. Por ejemplo, el ancla de Scott es Allison.– Dije. –Entonces, una vez que encuentres tu ancla, puedes usarla para estar bajo control.–

–Está bien, entonces, ¿cómo encuentro mi ancla?–

–Bueno, primero tengo que levantarte el pulso.–

¹Fallen. - Isaac LaheyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora