Mientras Danny estaba en la enfermería, Dash había tenido una larga conversación con el director sobre su comportamiento. Habían dejado pasar muchas faltas gracias a su desempeño deportivo, pero esta vez había cruzado la línea. ¡Había enviado a uno de sus compañeros a la enfermería! Así que fue suspendido el resto de la semana, y el sábado, en el partido, estaría castigado en la banca.
Cuando llegó a casa, sus padres ya habían recibido la llamada de la escuela para citarlos él día siguiente, por lo que lo recibieron con una larga reprimenda y le impusieron un castigo. Tendría prohibido recibir visitas de sus amigos, usar el teléfono, su celular, la computadora, la televisión, las consolas...
Finalmente, llegó el lunes y Dash regresó a la escuela. Se dirigía a clase cuando vio como un estudiante daba un empujón a Fenton, provocando que se golpeara contra los casilleros.
—¡Oye! —gritaron al mismo tiempo Baxter y Fenton, indignados.
—¡Es lo menos que te mereces por hacer que perdiéramos el juego del viernes! —dijo el muchacho, apuntando con el dedo a Danny.
—Más te vale no volver a molestarlo —dijo Dash en tono amenazante, agarrando al otro chico de la camiseta.
—Pero, él hizo que te dejaran en la banca... —balbució el chico, mirando a Dash confundido.
—Déjalo en paz —gruñó entre dientes.
—Bien —masculló el chico, ofendido, y Dash lo soltó.
—¿Estás bien? —preguntó el atleta.
Fenton se frotó el brazo golpeado y miró a Baxter sin contestarle, con una expresión como de desafío y determinación que el atleta no entendió.
En ese momento, Kwan giró por el pasillo y, al encontrar a sus compañeros en posturas tan tensas, se alarmó.
Pero, Fenton sólo lanzó sendas miradas a los atletas y luego, siguió su camino apresuradamente. Kwan miró a Dash con severidad, mientras éste seguía con la mirada a Danny hasta perderlo de vista.
—Si vuelves a molestarlo van a dejarte en la banca toda la temporada.
—No estaba molestándolo.
Kwan gruñó sin acabar de creerle. Dash exhaló con cansancio.
—Necesito aire fresco, ¿me acompañas?
Se escabulleron fuera del edificio y se recargaron en un muro. Dash sacó un cigarro y se lo acomodó entre los labios.
—¿Me vas a decir qué fue lo que pasó el otro día con Fenton? —preguntó Kwan, mirando a su amigo encender su cigarro.
—Le pegué —dijo Dash, encogiendo los hombros.
—Lo sé... —dijo Kwan, rodando los ojos—, pero, ¿Por qué lo hiciste?
—Tú lo has visto —murmuró—. Tiene ese tipo de caras que... simplemente tienes que golpear.
Se quedaron un rato en silencio. Kwan le dio unas palmadas en el hombro.
—¿Estás bien? —preguntó Kwan y Dash asintió con la cabeza—. Deberíamos regresar —dijo Kwan, nervioso de repente.
—¿Qué pasa?
—¿Has visto que cuando hay un fantasma cerca el ambiente se enfría y la piel se eriza? —preguntó—. Pues... tengo esa sensación desde hace un rato.
—Es tu imaginación... —dijo Dash, luego de un momento.
—Tal vez —dijo Kwan, pero seguía intranquilo.
—Vete —le dijo Dash—. Te alcanzo en cuanto me termine esto.
—¿Estás seguro?
Dash dijo que sí con la cabeza.
—Bueno... —dijo Kwan y regresó al interior del edificio.
Dash dejó escapar un suspiro y se sobó la frente. Estaba tan abrumado que quería gritar y llorar y reír. Iba a volverse loco. Había descubierto la identidad de su superhéroe favorito/amor imposible. Había pasado años idolatrándolo e idealizándolo convencido de que jamás podría conocerlo en persona. Pero, se había equivocado, claro que lo había conocido. No era el ser perfecto e inalcanzable que había pensado. Era un chico como él y habría podido ser su amigo. Lo había conocido y lo había bulleado por años. Lo había arruinado.
—¡Joder! —masculló airado, apretando los puños.
Luego, se frotó los brazos, al sentir un escalofrío, y recordó las palabras de Kwan.
—Fentonio... ¿eres tú? —murmuró y tras un momento, el aludido apareció a su lado, con los brazos cruzados sobre el pecho. Sorprendido, Dash dejó caer su cigarro y masculló una maldición—. ¿Estabas espiando? —preguntó, intentando recobrar la compostura.
—No me puedes culpar por temer que le cuentes a alguien... lo que sabes...
—¿Entonces vas a fisgonear todas mis conversaciones a partir de ahora? —Fenton se encogió de hombros—. No voy a decirle a nadie —dijo Dash. De repente, se quedó mirando fijamente a Danny, en silencio—. Ahora parece tan obvio —murmuró como para sí.
—Baxter, termina con esto ¿sí? —murmuró Danny.
—¿A qué te refieres? —preguntó Dash luego de un momento.
—¿Qué quieres de mí... para mantener la boca cerrada?
—Nada —masculló Baxter entre dientes, ofendido.
—¿Por qué será que no te creo?
Dash agarró a Danny por el cuello de la playera y lo empujó contra el muro. De entre los labios de Fenton salió una exhalación involuntaria por el golpe y sus ojos fueron iluminados por un resplandor verde, pero siguió mirando desafiante a Baxter.
—Eres más fuerte que yo, ¿o no? —le siseó el atleta—. ¿Por qué no me obligas?
—Soy el bueno aquí —dijo Danny—. Yo sí tengo escrúpulos...
Baxter volvió a empujar a Fenton.
—A diferencia de mí —espetó Dash— ¿eso ibas a decir?
Danny no dijo nada, pero lo miró directo a los ojos, con la barbilla levantada.
Dash le dio un último empujón y lo soltó. Se quedaron en medio de un silencio tenso, intercambiando miradas desafiantes.
—Tienes razón, Fenton. Mi silencio te va a costar. Pero, tienes que tener paciencia —dijo Baxter, con sorna, inclinándose sobre él—. Lo que sea que te pida, necesito pensarlo bien, ¿no crees? —preguntó sonriendo maliciosamente. Entonces, dio la vuelta y regresó a la escuela.
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Teddy Ghost (Danny x Dash)
FanfictionDash Baxter estaba teniendo un día de lo más normal hasta que descubrió por accidente la identidad de su crush/super héroe favorito