Danny Fenton acababa de tener el día más largo y estresante de su vida. Se había despertado tan tarde que no había alcanzado a desayunar antes de irse a la escuela, a la que había llegado justo a tiempo para que su bully lo metiera en su casillero. Había tenido un examen sorpresa en su primera clase que había tenido que dejar inconcluso para ir tras un fantasma que merodeaba cerca de la escuela. Luego, dicho fantasma lo había apaleado tanto antes de dejarse atrapar, que al volver a la escuela se había desmayado. Gracias a eso, lo habían dejado ir a casa temprano, pero era un consuelo mínimo, opacado por el terrible hecho de que su bully, Dash Baxter había descubierto su secreto. Sí, lo había cubierto y se había culpado por sus lesiones, pero, ¿qué le pediría a cambio...?
Estaba pensando en ello, o mejor dicho, intentaba no pensar en ello, sino concentrarse en sus deberes escolares, cuando escuchó un auto detenerse frente a su casa. Giró la cabeza para mirar por la ventana desde su escritorio.
—Ratas —masculló cuando vio a Dash andando hacía la casa. Salió corriendo de su cuarto, y cuando iba a la escalera, escuchó el timbre.
—¡Pero, sí es Dash Baxter! —dijo enojada Maddie Fenton cuando abrió la puerta—. ¿Qué te crees que haces apareciendo en mi casa después de lo que hiciste?
Dash se le quedó mirando confundido, sin emitir palabra. ¿Por qué lo recibía de esa forma tan hostil? ¿Es que Fenton no les había aclarado las cosas, había dejado que sus padres creyeran que él lo había lastimado?
Alzó los ojos para mirar a Fenton, que se había detenido en mitad de la escalera. Alcanzó a notar la palidez de su cara, la alarma en su mirada.
—V-vine a disculparme con Danny —titubeó Dash después de un rato, enrojeciendo.
Maddie miró sobre su hombro hacía Danny.
—Discúlpate, entonces —apuró la señora Fenton, cruzando los brazos sobre su pecho.
Dash hizo ademan de dar un paso dentro de la casa, pero la dura mirada de la señora Fenton lo detuvo. El atleta carraspeó y miró a Danny desde el umbral de la puerta.
—Emmm... Hola, Fenton... Umm... Danny —balbució—, siento mucho...
—Para —interrumpió Danny, incómodo—. Sube.
—¡Eso no...! —prohibió Maddie.
—Está bien, ma —dijo el chico, intentando sonreír—, Jazz está arriba, ella me va a cuidar.
La mujer accedió a regañadientes y le lanzó una mirada de advertencia a Dash, mientras subía los escalones.
Pasaron frente al cuarto de Jazz, que de seguro había escuchado lo que le había dicho a su mamá y estaba en el umbral de su puerta. La chica miró a Danny con una expresión de preocupación en la cara.
—Estamos bien —le dijo Danny, con una pequeña sonrisa. Entró a su cuarto tras el atleta y cerró la puerta.
—Siento haber venido —dijo Dash—. Es que... supuse que tus padres ya sabían —explicó, paseando los ojos por los pósters de temas astronómicos que adornaban las paredes—. Supuse que fingían ser enemigos de Phantom como fachada... —dijo mientras se inclinaba para curiosear en el librero del chico—. Oye, yo tengo uno como ése —dijo sonriendo, señalando un osito de peluche que estaba recargado frente a una pila de libros de astrofísica. El juguete era blanco con ojos verdes y vestido con el traje de Danny Phantom. Tucker lo había encontrado en la tienda de cómics y se lo había comprado a Danny como broma.
—¿Baxter, qué haces aquí? —le preguntó el chico, fingiendo tranquilidad, pero la presencia del matón en su habitación lo estaba poniendo nervioso.
—Ah, sí —recordó el atleta y buscó en su chaqueta—. Perdiste esto —le dijo, entregando el termo que Fentón había soltado en el sanitario de la escuela.
Danny lo recibió, sin poder ocultar una expresión de asombro en su rostro.
—¿Eso es todo? —preguntó después de haberse quedado mudo un rato.
Dash asintió, incómodo. Metió las manos en sus bolsillos y se quedó de pie frente a él, pero sin poder mirarlo a los ojos. Parecía estar armándose de valor para decir algo, pero, no lo consiguió.
—Nos vemos en la escuela —dijo con nerviosismo y salió con pasos apresurados.
Danny se quedó largo rato paralizado donde estaba. Exhalando lentamente, se sentó sobre su colchón y se quedó observando el termo que sostenía entre sus temblorosas manos, preguntándose qué acababa de pasar. Luego de un rato, Jazz entró a su cuarto.
—¿Estás bien, hermanito? —le preguntó, sentándose a su lado.
Danny asintió con la cabeza.
—Eso fue muy extraño... —murmuró.
***
Hace mucho que no veo la serie. Perdón si los personajes no se parecen a los originales :P

ESTÁS LEYENDO
Teddy Ghost (Danny x Dash)
Fiksi PenggemarDash Baxter estaba teniendo un día de lo más normal hasta que descubrió por accidente la identidad de su crush/super héroe favorito