La noche pasó tranquila, los niños no sintieron ningún otro malestar y las enfermeras cada cierto tiempo iban a revisarlos, la mañana llegó y el doctor que atendía a miza y daishi taisho dio el alta diciéndole a los padres que tratamiento debían seguir para erradicar por completo el virus que les había dado, aliviados inuyasha y kagome tomaron en brazos a sus hijos siendo recibidos en la sala de espera por sus amigos que en ningún momento se movieron de hay hasta saber que ya todo estaba bien con los pequeños, kagome le pidió a sango que cargara a daishi mientras ella le quitaba a miza de los brazos a inuyasha dejandolo con un gran vacío, la azabache pidió a sus amigos la llevaran a casa mientras inuyasha se iba en su deportivo, sus amigos sin opinar nada empezaron a caminar a la salida para empezar el viaje de vuelta a casa, 30 minutos después ya habían llegado al vecindario donde vivían y kagome con ayuda de sango y miroku bajaban a sus hijos del auto para entrar a su casa, dos minutos después llegó inuyasha viendo como su esposa entraba con sus hijos a la que siempre había sido su casa desde que se casaron, siempre había querido que kagome y sus hijos tuvieran lo mejor y se había esforzado mucho en lograrlo pero consideraba que con lo que había hecho de nada servía todo el esfuerzo que había hecho si había traicionado a su familia, vio a kagome acostar a daishi en su coche de bebé para luego verla tomar a miza en brazos y caminar dentro de la casa.
Kagome:gracias por todo chicos.-sonrio agradecida con sus amigos, los cuales le devolvieron la sonrisa.
Sango:no hay de que amiga.-sonrio enternecida para luego darle un cálido abrazo.
Miroku:fue un placer kagome siempre puedes contar con nosotros.-la abrazo dándole ánimos para seguir.
Luego de esa despedida kagome por fin entro a su casa junto a sus hijos mientras inuyasha agradecía apenado a sus amigos los cuales lo miraron con decepción y tristeza, jamás pensaron que inuyasha fuera capaz de tanto, luego de agradecer y despedirse siguió a su esposa que ya se encontraba dentro de la casa, al entrar vio a kagome ingresar a la habitación de miza con esta cargada mientras daishi seguia dormido en su coche en la sala, mientras kagome acomodaba a su pequeña hija en la cama el se acercó con cuidado a su pequeño hijo viendolo detalladamente, sonrio de lado al verlo sonreir dormido, daishi era tan parecido a el que su madre siempre decía que era una versión pequeña de el, se agachó a la altura del coche acariciando con cuidado su mejilla para no despertarlo, aún recordaba la alegría que sintió al saber que kagome estaba embarazada por segunda vez y que tendrían un niño, estaba orgullosos de ella y sus hijos, kagome le había dado dos maravillosos hijos y el lo único que hizo fue lastimarla, se sentía horrible consigo mismo y no sabía que hacer para solucionarlo.
Fue sacado de sus pensamiento al escuchar a su esposa acercarse a ellos haciendo que el se levantara y viera como con cuidado cargaba a daishi para llevarlo a su habitación y acostarlo en su cuna, suspiro cansado al ver que su esposa ni lo miro dejandolo solo en la sala, restrego su rostro con frustración y decidio ir a su habitación a esperar por kagome para poder hablar de lo ocurrido, no sabía por donde empezar a explicar algo que el sabía muy bien no tenía justificación pero debía tratar de resolverlo por el bien de su matrimonio, 5 minutos después y luego de que kagome terminara de acostar a sus hijos dándoles un beso en la frente, por fin había entrado a su habitación encontrándose a inuyasha sentado en la orilla de la cama mirando al suelo, tenía unas ganas inmensas de llorar golpearlo e insultarlo, pero no ella no se rebajaría a su nivel, el era quien había fallado y ella conservaría su orgullo al máximo, decidió entrar a su habitación pasándolo de largo haciendo que el peliplata alzara la mirada y la viera con tristeza por su indiferencia, estaba por llegar a su peinadora cuando escuchó claramente su nombre ser pronunciado por aquel que la había decepcionado.
Inuyasha: kagome....hablemos por favor.-susurro con arrepentimiento parándose de a poco de la cama.
Kagome:quiero el divorcio.-sentenció sin mirarlo sintiendo como un puñal la atravesaba por dentro y como la garganta se le cerraba dejando al peliplata muy sorprendido.
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hasta hoy
Ngẫu nhiênluego de casarse y tener dos hermosos hijos kagome descubrirá en el momento más angustioso de su vida la traición de su esposo.....lee la historia para saber que pasara con nuestros personajes favoritos