"Esta flor es demasiado complicada"
Tú.
Liam.
Era un alivio. Creí nunca volver a sentirme así.
Volver a tener a mi hermana llenaba ese vacío en mi interior, por fin.
Se hacia la fuerte, yo más que nadie lo sabía. Porqué era su mellizo, yo lo sabía, sabía que ella no estaba bien, sabía que tenía que decirle la verdad.
Podía hacerse la fuerte con los demás pero yo sabía el verdadero daño que el imbécil de Samuel le había hecho.
Pero quizá tenía que saberlo.
Lo pensé demasiadas veces ¿sabes? Y esta noche me había decidido. Iba a hacerlo.
Me levante rápidamente de la cama tratando de no arrepentirme en el camino y abrí la puerta, cruce el pasillo e iba a tocar... juro que iba a hacerlo pero no pude.
No pude hacerlo porqué desde el interior de su habitación sus sollozos ahogados hicieron que se me apretara el pecho.
Entendía que mi hermana enamorada no encontraba ninguna explicación de porqué ese chico que era nuestro amigo la había traicionado de esa manera.
¡Soy su maldito hermano y no puedo hacerle esto! Así que volví a mi habitación y me mordí la lengua, no me dormí hasta que ella lo hizo. Hasta que sus sollozos cesaron y hasta que mi propio corazón dejo de latir tan frenéticamente.
Mañana, mañana será otro día. Uno importante para nosotros.
Quizá pueda recompensarla con algo nuevo, algo que la haga olvidarlo.
Porqué Lexie, yo siempre, siempre te cuidare...
**
Si anoche se encontraba triste no lo demostró la mañana siguiente.
Me lo confirmo cuando salto sobre mí despertándome de la manera en la que nadie debería despertar a alguien. Casi se me sale el corazón del pecho cuando me zarandeo.
Mi yo dormido la tiro hacia un lado en un arco reflejo y ella me pego un golpe en el brazo.
—¡Anda! ¡Levántate, Liam! –Me grito alegremente— ¡Vístete universitario de Weist!
—Cállate, universitaria de Weist.
No era una sorpresa que este día sea tan alegre.
De pequeños soñábamos con estudiar en esa universidad, ambos, los dos juntos. Como siempre.
La deje elegir mi ropa y yo no me moleste ni de bañarme.
Puesto que hoy regresaríamos a casa repletos de pintura y no sé qué otra basura nos tiraran encima.
Bajamos entre chistes malos las escaleras y compartimos una mirada cuando encontramos a Logan comiendo el desayuno.
Vi la mirada que le lanzo a mi hermana y trate de no ponerme celoso.
Odiaba que miraran demás a mi hermana, la última vez que deje que alguien se acercara lo suficiente a ella la termine perdiendo. Eso no volvería a pasar.
Me dolía el estómago de tanto reírme cuando Logan no podía creerse la diferencia de colores en los ojos de mi hermana. La defectuosa la llame.
Pero se veía preciosa llevándolos al natural. Casi siempre se los tapaba para sacarle provecho.
La belleza en ella era completamente normal, ya que yo tenía la misma. Gracias al dios de arriba por regalarme tal ventaja. De los dos, yo era el más guapo. Y eso sacaba provecho a mis conquistas.
ESTÁS LEYENDO
Sedúceme como quieras #2 ©
Teen FictionElla es puro fuego, fuego escondido debajo de un mar tormentoso que no la deja ser ella, no la deja brillar a su manera. Es tornado, invade todo lo que toca, hasta mis propios sentimientos. Me deja completamente colocado cada vez que se mueve de esa...